Pero... la historia de mi incineración tiene bemoles. Mis padres, como ya he dicho, tenían un seguro de Santa Lucía en el que desde niños estábamos incluidos mis hermanos y yo. Al morir mis padres los de la aseguradora vinieron a decirnos que podíamos, si así lo deseábamos, seguir con el seguro ya que se nos respetaba la antigüedad y bla, bla, bla.
Uno de mis hermanos y yo decidimos seguir con la póliza en la que mi sombra incluyó una condición: Que había de ser incinerada junto con mis hijos. Esto ocurrió hace más de 30 años, por entonces en León no había crematorio y las personas habían de ser incinerados en Gijón, con el coste añadido que ello conllevaba, por eso puse esa cláusula a lo que accedieron subiendo la cuota por la condicionalidad.
Pasó el tiempo y hoy en León hay incineradora por lo que creo que seré quemada sin problemas. Eso sí, la aseguradora ha puesto un límite a mi sepelio que no llega a tres mil euros, si es más costoso el resto corre de mi cuenta o de la de los míos. ¡Toma ya! Eso sí, si subo la póliza, que ya cada año se actualiza, entonces cubrirán todo sin condiciones.
Hace unos años vino el representante de Santa Lucía de la zona, para ver si mis hijos querían independizarse de mi Póliza y hacerse una cada uno con su familia respectiva. Les aconsejé que no lo hicieran. Desde luego decidieron ellos, pero mi sombra les aclaró que ya figuran en mi póliza aunque no mis nietos y se exponen a pagar muchos, muchos años como me ha ocurrido a mi.
Desde que hicieron la póliza mis padres, que yo era muy niña, llevo pagando 70 años el seguro y al final aún habrán de poner dinero el día que mi sombra no esté. Si en ese momento deciden mis hijos seguir con el seguro allá ellos, pero al menos les habré advertido.
Hoy me ha dado por un tema tétrico. Mis cenizas a mi pueblo, en el monte, junto a castaños y encinas.
No tengo miedo a desaparecer, es ley de vida: "La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene" de José Luis Borges.
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ResponderEliminarFala essas coisas não, meu amigo.
EliminarFala não. Fala só o que a Mara e
os filhos gostariam de ouvir.
Um abraço para o senhor.
Mara, um beijo. Muitos.
Hola Silvio. Aquí estamos de paso y es bueno pensar sin miedo en la muerte. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
EliminarNo deberíamos temerle a la muerte. Es una ley natural, pero la cultura y la religión ha puesto en el temor a la muerte. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarYo también lo creo Carlos. Más tarde o más temprano sabemos que ha de ocurrir. Abrazos.
EliminarLa frase de Borges está muy bien como casi todas las suyas.¡Pero sin prisas eh!
ResponderEliminarBesos.
Ja, ja, Alfred, estoy contigo sin prisas.
EliminarUn abrazo.
Creo que somos muchos en esa situación. Hice el seguro hace mas de cuarenta años, desde entonces la cuota se ha multiplicado y sigue subiendo anualmente.
ResponderEliminarGeneralmente contratábamos este seguro por miedo a no poder hacer frente en caso de fallecimiento. como se suele decir, pagamos varios entierros por cada asegurado.
Un abrazo.
Así pienso yo Helio, pagamos unos cuantos sepelios pero ya han pasado tantos años que es mejor seguir que dejarlo.
EliminarAbrazos.
Hoy ando metida en una nueva publicación y te escribo desde mi otro blog, que ya conoces.
ResponderEliminarNunca me he apuntado a ninguna compañía, como tampoco lo hicieron mis padres...con ese dinero que se ahorra en tanto años, te lo puedes pagar.
Es un tema que no es muy alegre que digamos, pero soy consciente que tarde o temprano llegaremos al final del camino de la vida.
Besos
Hola Antonia. Espero que tu nueva publicación sea un éxito.
EliminarLo hicieron bien tus padres al no apuntarse a ninguna compañía de haberlo hecho quizás te pasara lo que a mí que ya son demasiados años para dejarlo. Un beso.
Está claro, somo de la misma quinta, tu al norte, yo al sur, pero tanto arriba como abajo y en medio, la muerte es un negocio, seguro que la mía y la de mi esposa está más que amortizada.
ResponderEliminarSaludos
Sí, Emilio da igual la edad y el lugar yo creo que ya hemos pagado unos cuantos entierros. ¡Qué le vamos hacer! Un abrazo.
EliminarPor si acaso, porque facilita los tramites, tengo desde que nací una póliza que se que usaré, no pasa lo mismo con el seguro de la casa que espero no necesitar nunca. Morir es vulgar todos moriremos mejor no dar la murga a los que queden. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ester, sí desde el punto de vista de no dar trabajo y un gran gasto a los que quedan es desde la única mirada que merece la pena tener un seguro de este tipo. Un beso.
EliminarLa verdad es que el tema del fallecimiento y los trámites finales, en los que ya no se está presente, no es tema de preocupación en esta familia.
ResponderEliminar¡Aquí nadie tiene "seguro de defunción"! Si bien la "defunción está asegurada"... :)))))) (Perdón por el juego de palabras.)
El último Santa Lucía de toda la vida, lo tenía contratado mi padre. Y pagaba una póliza, que él mismo reconocía fuera de lugar a día de hoy, que posiblemente diese para diez enterramientos de lujo. (Debieron pillarle, años ha, en el día tonto o el vendedor era un genio.)
Pero quien era el guapo que dejaba de pagar, en los últimos años, sabiendo que el importe de unos tres años de cuota ya daban para un entierro normal. Y "perder todo lo aportado" a la compañía...
En fin, una práctica del ayer que a día de hoy no tiene, no debería tener mucho sentido. Y más con cuotas astronómicas en las que "están incluidos coches de caballos con penachos negros..."
Cuando una simple incineración cuesta unos 1.500€.
¿Alguien ha sacado la cuenta de lo aportado durante esas decenas de años pagando... para que el día de mañana esté todo "cubierto"?
Cierto es que esta práctica del ayer no creo que esté muy extendida en la gente joven de hoy.
Abrazos Mara.
Mejor para ti y tu familia Ernesto. Nada de perdón por el juego de palabras que merece una sonrisa pues a todos nos llegará. O sea que tu padre también lo tenía por si acaso, eran otros tiempos.
EliminarPrefiero no echar la cuenta porque a lo mejor me da un pampurrio y no la termino je, je. Abrazo grande.
Con esa misma empresa había hecho un familiar el seguro por lo que corrieron con todos gastos incluida la incineración. El vivía al día como suponía otro y pude comprobar al actualizar su cartilla bancaría que al morir a finales de mes tan solo tenía el ingreso de su pensión. Yo si dije a la entidad que a partir de ese día no pagasen mas que los recibos que le correspondían el resto quedo para ellos ya que no tenía testamento.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Tomás. La empresa desde luego cumple y así lo hizo en el caso de mis padres. Para ese familiar tuyo si vivía al día estuvo bien dejarlo todo atado. Hiciste bien en finalizar con las cuotas. La empresa siempre saca tajada.
EliminarUn saludo.
Hola Mara ¿Qué te parece si tus cenizas son parte del abono de una pla´ntula de olivo? ¿O mejor, del pino ese (no recuerdo el nombre) que solo hay en España?
ResponderEliminarSaludos desde Brasil
Hola Alí, gracias por tu visita. No me parece mal que mis cenizas vayan a la tierra y si fecundan algún árbol sea el que sea pues perfecto, al menos habrán sido útiles.
EliminarSaludos dese España.
me ha encantado tu texto es muy real e interesante Nadie le tiene miedo a la muerte pero si a depender de otros
ResponderEliminarToda la razón RECOMENZAR, da mucho más temor llegar a ser una carga para los nuestros.
EliminarBesos.
Eu fiz um seguro há muitos anos
ResponderEliminare sempre que me relaciono com uma
mulher, ponho o seu nome na apólice.
Por enquanto são 4. Quatro para rezar
pela minha sorte (ou pela delas?)
Um beijo e bom dia.
Hola Silvio. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son un gran alivio para las familias. Es bueno no dejarles semejante carga.
ResponderEliminarUn abrazo.