¡Vale, vale, señor Invierno!
Has entrado bravo, bravo en este año, parece que te debemos y no te pagamos. Ya nos lo teníamos, por eso por nuestras tierras siempre se dice que "al invierno nunca lo come el lobo" que queremos decir cuando hace buen tiempo que el frío está por venir pero llegará más tarde o más temprano. Tú has empezado con unas heladas de campeonato. Cada día el suelo de nuestras calles está de madrugada blanco pero no de nieve sino de la gran "pelona" que cayó durante la noche. Tampoco te estás olvidando de las frías y cerradas nieblas que nos atrapan con su manto gris negruzco. Los pequeños lagos están cubiertos de carámbanos que invitan a resbalar sobre ellos si no fuera por el peso de mi sombra... ¡Ah, que las sombras no pesan! Se me olvidaba. Sólo faltan los chupiteles de hielo colgando de los edificios como en tiempos ya lejanos.
La verdad es que estamos curtidos por estos lares y ya no nos coges por sorpresa. Nos sobran calorías de tanto turrón, uvas, pasas, higos, nueces, peladillas... Como escuché el otro día a una joven mal hablada: "He comido como una gocha y he dormido como una cerda" así que ahora al gimnasio a quemar tanta caloría sobrante. Dieta ni hablar sabes que soy acérrima enemiga de las dietas.
Me gusta tu nombre Invierno-2015. Tienes incorporada en tus cifras a "la niña bonita". Lo tendré en cuenta para la próxima lotería de Navidad. Presiento que vas a ser un invierno crudo, crudo como acostumbras pero ya estás aquí y te recibiremos como te mereces. ¡¡Bienvenido Mister Invierno 2.015!! Cualquiera pensará que me gusta el frío, pues no, pero al mal tiempo... Te aceptamos sin miedo pues "no es tan fiero el León como lo pintan".
Miedo no, pero temblar, temblaremos: "Todas las cosas son menos terribles de lo que parecen" de William Wordsworth.
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