Ya sólo faltan días. ¡No piensan en otra cosa! Las rifas, para financiar su viaje de estudios de finalización del bachillerato, ya se han agotado.
La panda de los seis amigos, nos hace reír porque no paran de decir que "perderán la virginidad en el viaje fin de curso". Para alguno, ya le parece demasiado tarde y "al Hard" no le ha hecho falta esperar tanto.
Uno de estos fines de semana han venido las madrileñas a la finca que sus padres tienen en la localidad y decidieron invitar a los seis a su casa para celebrar el cumpleaños de una de ellas.
El Hard apareció con un amigo a las tantas de la madrugada cuando mi sombra contemplaba las estrellas y lo notó "raro". Estaba cansado. Supuse que habrían bebido, aunque no parecía que estuviera trompa, quizás fumaran algo... También la escayola de su pierna desde el pie a la rodilla pesaba lo suyo... Así y todo, tumbarse en el jardín a las cuatro de la mañana para mirar los astros celestes, no era muy propio de él y allí estaba espatarrado sobre la hierba.
No tuvieron que pasar demasiados días para saber lo que había ocurrido. El Hard se había "estrenado" con la amiga de la Picotona. ¿Con la escayola? ¡Pues claro, no se la iba a quitar! Esas cosas no se planifican, aunque él no se había olvidado de llevar preservativos por si "pillaba" y dejaba de ser virgen de una vez por todas .
Ahora mi sombra lo veía claro. El cansancio, la ensoñación, mirar las estrellas a aquellas horas pensativo... Estaba ¡raro! ¡raro! ¡Así que era eso!
Comprensible. Sólo una vez en la vida se pierde la virginidad:
¡Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer.
Rubén Darío.
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