¡La sobremesa estalló en una carcajada!
César nos contaba su última anécdota. Este largo fin de semana pasado, decidió volver a los Picos de Europa. ¡Le encanta visitar esta zona, parte de ella en nuestra provincia! El mes pasado había estado allí y lo único negativo que vivió fue que un enorme perro le hizo pasar un gran susto.
Decidido a que no le volviera a ocurrir, esta vez César tomó precauciones. Se fue a un "Chino" y consiguió un ahuyentador de perros, a lo mejor están prohibidos pero él lo compró. Se trata de un dispositivo que emite un sonido agudísimo que el oído humano no puede oír pero que sin embargo en el caso de los perros les hace huír despavoridos.
A las horas de llegar, César subía la montaña para ver más de cerca una bandada de buitres que sobrevolaban la zona. De pronto apareció un perro que le miraba apaciblemente a una distancia prudencial. Decidió que ése sería su "conejillo de indias", aunque el animal no se mostró agresivo en ningún momento. Se acercó un poco, sacó el artilugio y apretó el botón.
_¡Joodeeer! No sólo no se fue el animal, ¡que vino hacia mí! Lo curioso es que se acercó mansamente. ¡Menos mal que me tocó un animal tranquilo! ¡¡Putos chinos!!
Entre los que nos reíamos, Mary dijo que quizás el perro era sordo que se daban muchos casos entre los canes, pero que al tener otros sentidos más desarrollados no nos dábamos cuenta. Será así, pero a César no le quedaron ganas de seguir probando el ingenio. Como remate César añadió:
_ ¿No será que según dicen los chinos comen perros y estos artilugios servirán para atraerlos en vez de alejarlos? La carcajada volvió a ser general.
¡Vaya inventos! "La madurez es aquella edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo" de Ralph W. Emerson.
Tendría que ir al "chino" y que le devolvieran el dinero, alegando que es, mas que un ahuyentador una flauta de Hamelin. Abrazos y sonrisas
ResponderEliminarSí, sí Ester, espero que tengan libro de reclamaciones je, je. Besazo.
EliminarXD
ResponderEliminarRa, puedes probarlo si aumentáis la familia je, je. Recuerda que un perro da gastos casi como un hijo. Megabesos.
EliminarJajaja muy bueno, para fiarse de lo que se compra en los chinos. Menos mal que el perro era pacífico.
ResponderEliminarSaludos
Sí, conxita. Bueno yo creo que cuando compras en un chino no te esperas buena calidad pero sí que te saque de un apuro. Un abrazo.
EliminarVaya tela con el aparatito, jajaja.
ResponderEliminarUn beso, Mara
Y tanto Carmela, espero que no repita. Abrazos.
EliminarJajajaja menos mal que el perro era manzo, que si no, a por el chino!!! :DD
ResponderEliminarY sí, Emerson tiene toda la razón del mundo....mundidal. =)))
Besos Mara :D
De risa Liliana. Si hubiera sido fiero el animal... no quiero ni pensarlo. Un besazo.
EliminarLos productos vendidos por los chinos suelen ser malísimos. Si por lo menos os echásteis unas risas, mejor que mejor.
ResponderEliminarSalu2,Mara.
Sí, Dyhego es lo que se espera, pero al menos que valgan para una o dos veces. Un abrazo.
EliminarMenos mal que acabó bien. Para que se fíe, :)
ResponderEliminarBesos.
Sí Alfred, de haber acabado mal a lo mejor estábamos en el hospital. Abrazos.
EliminarQué fiasco. O quizá el perro ya se lo sabía, jaja.
ResponderEliminarBesos.
Ja, ja, Sara, igual el perro ya sabía que era de los chinos. Un beso.
EliminarEn México, a mí me quisieron vender un ahuyenta suegras...¡Qué de cosas!
ResponderEliminarAquí nos conformamos con los matasuegras Jfbmurcia. Allí con sus ritos de brujería... y quizás alguno pica y lo compra. Saludos.
EliminarMenos mal que la historia acabo bien, a veces nos sabemos que compramos. Un saludo Mara.
ResponderEliminarAinhoa, yo me alegré por los perros, pero claro si a mi me ataca uno, igual no pensaba así. Un abrazo.
EliminarUff que susto
ResponderEliminarCariños
Y grande Abu. La próxima vez que lleve un palo que le hará mejor servicio. Besitos.
EliminarAún me estoy riendo, Mara. Tu vitalidad es encomiable.
ResponderEliminarAfrontar la vida con ánimo es lo mejor que se puede hacer cuando no se puede hacer otra cosa, o eso creo, y tú nos das vida.
Feliz viernes
Reírse es muy sano Enrique. Yo he tenido mucha suerte. Un besazo.
EliminarSerá que la música apacigua a las bestias...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Así será José, aunque un sonido así de penetrante que sólo oigan los perros no tiene que sonar mucho a música. Un abrazo.
Eliminarme da gusto descubrir nuevos blogs (para mi claro!) vengo de el de Nino Ortea y además veo mucha gente conocida en los comentarios... que mas! saludos....
ResponderEliminarGracias por tu visita JLO, pararé también a descubrirte. Un saludo.
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