Cuando viajo siempre deseo traerles a mis hijos y nietos algún recuerdo original y propio del país que visito. Pues cada vez es más difícil hacerlo ya que el mundo está tan globalizado que lo que veas en Egipto, lo puedes ver en China o en Perú. Digo esto porque cuando visité Nepal hace años, encontré algo que me pareció único y que hoy encuentras en cualquier mercadillo de Europa.
Se trata de los Cuencos de Sonido del Himalaya. En una zona tibetana, en el país nepalí, entramos en una tienda. El anciano vendedor dijo que cada cuenco tenía un sonido especial si había sabiduría secreta en su fabricación. Su sonido eleva el alma dijo a través del guía, y la verdad, pasando la baqueta de madera por el borde de sus creaciones, te hacía sentir algo profundo. Luego llenó de agua hacia la mitad uno de los cuencos y al rozar los bordes con el taco, el agua se elevaba como si hirviera al trasmitirle el sonido. ¡Fue hermoso verlo y escucharlo! La mayoría de los que se fabrican hoy, añadió, sólo suenan.
Según la tradición los cuencos auténticos están hechos de siete metales con distintas combinaciones aleatorias. Un metal por cada planeta de nuestro Sistema Solar. Hoy, ya quedan muy pocos artesanos capaces de crear cuencos con sonidos especiales, que con la ayuda de sus manos incluso pueden curar enfermedades.
Se cuenta una historia del norte del Tibet. Al principio de los tiempos un soplo como procedente de un invisible pulmón, movió el gran silencio y creó el sonido que a su vez creó una sutil vibración. Así se creó un planeta místico. Este primer sonido es reconocido como la matriz de la que surgió, todo lo visible y lo invisible... ¡¡OMMM!!
Los chinos ya conocían los "Cuencos cantarines". Así les llamaban ellos, desde el siglo VI a. de C. ya que eran muy buenos en las diferentes aleaciones de los siete metales de los planetas. Los cuencos verdaderos los hacen personas especiales desde antiguo, hoy la mayoría son imitaciones.Tanto en Japón como en los monasterios tibetanos los diferentes sonidos ayudan a extender los poderes curativos, los de concentración, de purificación y de relajación.
Los chinos ya conocían los "Cuencos cantarines". Así les llamaban ellos, desde el siglo VI a. de C. ya que eran muy buenos en las diferentes aleaciones de los siete metales de los planetas. Los cuencos verdaderos los hacen personas especiales desde antiguo, hoy la mayoría son imitaciones.Tanto en Japón como en los monasterios tibetanos los diferentes sonidos ayudan a extender los poderes curativos, los de concentración, de purificación y de relajación.
Así que, ése fue nuestro regalo. Varios "Cuencos de sonido" para niños y mayores aunque sólo uno "auténtico" para la casa. Cuando se le hace sonar, te transporta a otro nivel más espiritual es un sonido que relaja y serena.
Desde el principio fue la música: “El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos” Oscar Wilde.
el arte del arte la escritura la pintura la musica las maravillas que dejamos detrás de nosotros. a veces es el mejor regalo que podemos dar
ResponderEliminarun abrazo grande
Estoy de acuerdo para todo el arte. Un beso.
EliminarImitaciones se pueden conseguir en casi todos los lugares pero uno auténtico son palabras mayores, mi amiga tenia uno grande en la tienda y a veces lo hacia sonar y los clientes se quedaban encantados. Aunque sea de imitación es un buen regalo. Abrazos
ResponderEliminarPues sí, Ester, es muy difícil saber si es o no de imitación, pero suena bien. Un beso.
EliminarCierto Mara que cada vez es más difícil encontrar algo único pero lo que más importa es la intención.
ResponderEliminarMe ha gustado conocer a esos cuencos cantarines y su verdadera esencia.
Abrazos
La intención desde luego es lo que vale, Conxita, porque casi todo son imitaciones. Besos.
EliminarQue tu alma los disfrute plenamente
ResponderEliminarCariños y buen fin de semana
Que así sea Abu. Gracias, buena semana. Abrazos.
EliminarA lo mejor el sonido de los cuencos es un lenguaje entre el alma y el cuerpo. Por eso los de imitación no nos dicen nada.
ResponderEliminarSuerte que tengas uno en casa, cuando mis amigos viajan a otros países lo que me traen es un imán para el frigorífico.
Saludos
Sí, Naranjito, es lo mejor. Ja, ja, pues ojo que dicen que para los alimentos no es bueno poner imanes en la puerta del frigo. Un abrazo.
EliminarEl mundo está lleno de imitaciones, esta difícil conseguir lo auténtico y veo que lo tienes.
ResponderEliminarBesos.
Bueno Alfred, lo puse entre comillas porque no hay forma de saber su autenticidad, pero suena bien. Abrazote.
EliminarLa sabiduría oriental se nos muestra en todos los lugares que tocan.
ResponderEliminarSaludos.
La verdad es que sí Tomás, pero creo que cada vez se van pareciendo más a nosotros y son más materialistas. Un saludo.
EliminarBonita entrada con música de fondo que llega al alma.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Gracias, que así sea Manuel. La música cura muchos males. Saludos.
EliminarTu historia de los cuencos sonoros también ha sido un regalo para los que te leemos. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias jfbmurcia, me alegro que sea así. Un abrazo.
EliminarHoy me siento desbordado por tu "charla-e" de hoy. Cuencos de sonido, me ha encantado
ResponderEliminarGracias Enrique. "nada de golpe en la tibia con la esquina diabólica de la cama" ¿Sabes que me di un golpe ahí otra vez? y ya llueve sobre mojado je,je. Un abrazote.
EliminarEl sonido de los Cuencos Tibetanos nos llena de armonía y paz. Cuando sentimos su vibración en nuestro cuerpo, es algo maravilloso, no hay palabras para describirlo. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es Ana, a mí también me encanta. Un beso.
EliminarMe encantó la historia del norte Mara.
ResponderEliminarInteresante entrada.A disfrutar su sonido.
Buen domingo.
Besos.
Gracias Laura, seguiremos disfrutando de su melodía. Un abrazo.
EliminarGracias por traernos la historia de los Cuencos que, si soy sincera desconocía Mara.
ResponderEliminarBesos de Espíritu sin Nombre.
Gracias a ti por leerla. Un beso grande.
Eliminarno tenía ni idea de la existencia de los Cuencos del sonido y me ha resultado muy interesante.
ResponderEliminarSiempre aprendo al visitarte.
Besos
Gracias Ambar, es un sonido especial. Yo sí que aprendo con tu HISTORIA, sí con mayúscula porque es un gusto hacerlo. Un beso.
EliminarMaravillosos artefactos, gracias por permitirnos conocerlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias a ti por leerme. Abrazos.
EliminarMuy interesante la historia que nos cuentas. Confieso mi ignorancia sobre ese tema. Y también presumo de haber viajada, pero de Asía solo conozco China.
ResponderEliminarSaludos
Dices "sólo" China con lo enorme que es. Yo estuve hace dos años y me encantó pero vi que cada vez se parecen más a nosotros en el consumismo. Volvería encantada. Un saludo.
EliminarUn relato muy interesante, ya habia escuchado algo de los cuencos tibetanos, pero ahora y gracias a ti ya se un poco más.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Guillermo, me encantó Nepal y la parte tibetana que vive en él. Saludos.
ResponderEliminarQue maravilla conocer la esencia de los cuencos Mara, desconocía lo que compartes.
ResponderEliminarGracias!
Me alegro que te haya gustado Soñadora, gracias a ti por pasar por aquí. Un abrazo.
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