jueves, 31 de enero de 2019

Microrrelato (1)



Rosa, rizos, risas...   Caminan hacia el hospital. La pequeña pregunta: ¿Me quedaré calva? ¿Me pondrás un pañuelo rosa en la cabeza como el tuyo? La  madre tragándose las lágrimas no miente "quizás". Ingreso en Pediatría. Nombre Helena con H, siete años. Ventanas herméticamente cerradas. Cáncer, palabra universal. Tras los cristales Helena ve pasar el Otoño. Hoy, Helena, "sin rizos", tiene el alta. Lo celebra pidiendo un vaso de agua para llorar muchas lágrimas de felicidad. _Mamá, mamá, siento el aire en la cara y en la cabeza. Risas compartidas..

¡Volver a casa! ¡¡Qué grande, un deseo  tan pequeño! 


Comprender y aceptar: "Quien no tiene el espíritu propio de su edad padece toda la desgracia de su edad" de Voltaire.



30 comentarios:

  1. ¡Cómo me gusta con la sensibilidad y cariño que has expuesto esta enfermedad que no tiene edad y es tan frecuente entre nosotras. El final es feliz y alegre, ya que es muy diferenre a lo que era antaño.

    Aquí dejo laacitos rosas y risas cada vez que alguna tenga el alta médica.

    ¡Bueno, no, lo siguiente!

    ¡Gracias Mara!

    Besos.

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    1. Gracias a ti por tus palabras Mari Carmen. Sí, lo importante es que cada vez hay más casos con final feliz. Un beso.

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  2. Es un tema para tratar con cariño y mimo como lo has hecho tu, quien mas y quien menos conoce algún caso cercano. Un abrazo

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    1. Así es Ester, como he pasado por ello con final feliz, de momento, es lo que quise trasmitir. Besos.

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  3. ¡Que no tenga que volver a pasar por ese calvario!
    Salu2.

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    1. Que así sea Dyhego, sobte todo los niños. Un abrazo.

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  4. ¡Ains que lindas sois tu sombra y tú!

    Besines a las dos, Irma.-

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  5. Sé del drama del cáncer infantil, por haberlo vivido una familia muy cercana, afortunadamente también con buen final. Es entrar a un callejón de duras pruebas para la víctima y para su familia. Lo expresas, Mara, en toda su magnitud.

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    1. Sí, Esteban, pocas familias se libran de algún caso, afortunadamente cada vez se cura mejor. Un abrazo.

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  6. Que emotivo relato y que lindo final. Un abrazo

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  7. La entereza de los niños debiera ser una guía para los adultos.

    Abrazo Mara.

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    1. Así debería de ser Ernesto, porque los niños lo aceptan sin por ello perder la alegría y los mayores caemos en un pozo. Un beso.

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  8. Nos narras perfectamente los sentimientos de madre e hija. También la entereza que los niños nos muestran en ocasiones.

    Saludos.

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    1. Sí, Tomás, deberíamos imitar a los niños en la forma de tomar las malas noticias, nos superan con mucho. Un saludo,

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  9. Algunas cosas son más aceptables que otras. Al menos así nos lo enseñan.

    Saludos,

    J.

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    1. Cualquier enfermedad José, por grave que sea deberíamos aceptarla, pero cuesta. Un saludo.

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  10. Es un relato precioso, ojalá todos acabaran igual en la vida real, puestos a pedir, pediría que nadie sufriera esa enfermedad...pero por encima de todo, los niños nunca! solo deberían jugar...
    Gracias por tu visita.
    Saludos.

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    1. Gracias Laura, lo mejor es que cada vez son más los casos de cáncer curables y eso cada vez da más esperanzas. Un abrazo.

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  11. Yo que presumo y quien me conoce lo sabe que soy fuerte, mi límite es ese: un niño enfermo. Afortunadamente la medicina avanza y la mayoría de ellos continúan con sus vidas.
    SAludos.

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    1. Y mi límite también Manuela, se les ve tan vulnerables y sin embargo son fuertes ante una realidad como el cáncer. Un saludo.

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  12. ¡Impresionante el relato! Me ha emocionado de verdad. Muchas gracias por tu visita a mi blog y por seguirlo. Yo también me quedo en tu casa. Un abrazo

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    1. Sí, Liliana, triste pero con final feliz que es lo importante ante esta enfermedad. Un beso.

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  14. Uy me costó leerlo, porque lo hice con miedo, pero me alentó la ternura de la voz del texto.
    Abrazos!

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    1. Ante el cáncer Corina, todos sentimos miedo a que nos toque pero las que lo hemos "pasado" ya parece que menos. Besos.

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  15. Fuerte relato pero no se aleja a la realidad de muchos :(
    saludos

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    1. Al contrario Susy, miras a un lado y a otro y te encuentras con esta enfermedad alrededor, el consuelo es saber que cada vez se cura más y mejor. Un abrazo.

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