jueves, 20 de febrero de 2020

Cumplir un sueño



Rafael desde niño sentía curiosidad por conocer algo sobre el tío Isidro hermano de su madre, pero para su abuela y su madre era un tema tabú. Nadie osaba hablar de su tío delante de ellas.

 Cuando Rafael cursaba cuarto de bachillerato se enteró por casualidad de que su tío Isidro se había suicidado en Australia y esa era la razón de que en casa no se hablara de él. Cuando supo lo del suicidio de su tío aún sintió más curiosidad y comenzó a tejer un sueño: Ir a Australia y conocer el lugar en el que su tío se había quitado la vida.

Cuando terminó su carrera de Económicas habló del tema abiertamente con su madre y ésta le mostró algunas cartas de su hermano que había guardado bajo llave cuando se enteró de su desaparición. Su progenitora le informó de que por los años 80 se ofrecía en Europa y concretamente en España trabajo en Australia para trabajar en el campo a cambio de un buen salario y además abonaban el pasaje y por eso su tío se había ido allí.

La curiosidad de Rafael aumentó y comenzó a informarse más y más sobre el continente australiano. Conoció por Google la situación de la emigración actual confinada en centros de internamiento fuera del  territorio australiano, hasta que las solicitudes de asilo son revisadas. Le impactó  conocer la situación de los refugiados de la isla de Nauru donde la salud mental se deteriora y los niños, en pleno siglo XXI, han perdido el deseo de vivir, se autolesionan e intentan suicidarse.

Trabajó unos años en un trabajo que no correspondía a su formación pero que le sirvió para hacer realidad su sueño.  Viajar de turista al lugar de Australia en el que había vivido el hermano de su madre. Allí descubrió que aquellos emigrantes entre los que se encontraba su tío, al llegar iban destinados a verdaderos campos de concentración donde las condiciones eran infrahumanas y los salarios muy bajos. Al llegar les hacían firmar un contrato por el cual no podrían abandonar el lugar de trabajo en dos años al cabo de los cuales si querían regresar el pasaje y los gastos corría por su cuenta. 

Allí en aquel paisaje desértico comprendió Rafael cómo su tío había decidido quitarse la vida ante la imposibilidad de regresar alguna vez a su Patria.  

Rafael visitó algunas de las ciudades más importantes de Australia y regresó con la mochila cargada de maravillas y algunos sinsabores por las situaciones que descubrió.


Comprendió la decisión de su tío:  "Uno debe morir con orgullo cuando ya no es posible vivir con orgullo" de Friedrich Nietzsche.



22 comentarios:

  1. ¡Es impresionante la historia! Y después de leerla me pregunto cuántos casos como el del tío Isidro se habrán dado en el mundo.
    Un abrazo, Mara

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    1. Pues quizás muchos se han dado y se están dando por desgracia. Un beso.

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  2. Es impresionante lo que cuentas.
    Ahora los ingleses van a copiar el sistema de Australia.

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    1. Pues a buen sitio van a copiar, Alfred, porque parece que no es oro lo que reluce en Australia. Un abrazo.

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  3. Impresionante!!!gracias por la visita,por aquí me quedo.saludos.

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    1. Gracias Fiaris por comentar. La verdad es que son historias que descorazonan pero así es la vida. Un saludo.

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  4. Lo de Nauru y toda esta historia, impresiona, la frase de Nietzsche, es por su rotunda brevedad toda una definición de la ausencia de necesidad de vivir.
    Un gran y cruel relato, Mara. Enhorabuena

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    1. Para muchas personas la vida es muy cruel Enrique, tenemos suerte los que no necesitamos salir de nuestro país por obligación. Un abrazo.

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  5. Lo cierto es que muchos emigrantes que fueron a otros países, lo pasaron muy mal, había mucho racismo y los trataban como ciudadanos de tercera.
    En los años 60 a muchos españoles que emigraron a Alemania los alojaban en los barracones donde estuvieron los judíos.
    Un abrazo.

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    1. Sí, Helio, y así siguen los emigrantes en todos los países no intentamos comprender su situación. Tuve una prima en Alemania por esa época. Al menos la mayoría de esos españoles regresaron con algo de dinero y la pensión que les correspondía. Abrazos.

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  6. Lo que cuentas impacta y mucho. ¡Qué historia!

    Un beso.

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    1. Los suicidios en España siguen siendo tema tabú Mari Carmen, lo cierto es que aumentan en pleno siglo XXI. Besos.

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  7. ¿Cuantos Isidros hay repartidos por el mundo?

    Saludos

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    1. Demasiados Emilio y en este mundo tan globalizado por desgracia cada vez más.
      Un saludo.

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  8. Qué barbaridad Mara, no lo conocía.
    El suicidio sigue estigmatizando y se habla muy poco de ello.
    No conocía esa frase de Nietzsche que has elegido para esta triste historia. Uno debe morir con orgullo cuando ya no es posible vivir con orgullo.
    Buen fin de semana

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    1. Sí, Comxita, en la vida algunas personas hacen suya la frase de Nietzsche, Dios me libre de juzgarlas. Gracias. Un beso.

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  9. SIEMPRE RECORDARÉ TUS PALABRAS, MARA , SOBRE QUÉ SE PUEDE ESCRIBIR EN UN BLOG : LO QUE SIENTAS, PIENSES , Y QUIERAS YA QUE PUEDE SER UNA EXPOSICIÓN DE LA FORMA DE SER Y DE SENTIR DE CADA UNO.
    POR ELLAS , ENTRE OTRAS CUESTIONES, ME HICE SEGUIDOR DEL TUYO .EN VARIAS SOMOS COINCIDENTES Y UNA DE LAS MISMAS ES QUE EL BLOG PERMITE ESCRIBIR SOBRE LO QUE SE QUIERA CON CASI ABSOLUTA LIBERTAD.

    UN ABRAZO FUERTE .

    GUILLERMO.

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    1. Gracias por tu comentario Guillermo. La verdad es que me quedo que podemos escribir con "casi" absoluta libertad porque a veces no se puede. Me has hecho recordar un post que en su día me lo censuraron y pasado el tiempo lo voy a volver a publicar.
      Un abrazo.

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  10. Ya encontrarán la manera de quitarnos también eso.

    Saludos,

    J.

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    1. Espero que no José, porque al final somos libres por lo menos para irnos o quedarnos.
      Un saludo.

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  11. Tremendo lo que nos relatas Mara, me he quedado impresionada.

    Besos.

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    1. Sí, Conchi, a veces las decisiones que se toman son incomprendidas pero siempre hay una razón profunda en decisiones importantes.
      Un beso.

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