"Es difícil comprenderles, tienen costumbres muy diferentes". Esto me contaba un hombretón de 57 años, para mí como de la familia, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
Isidro, ahora separado, se casó muy joven y tiene dos hijos. Isidro, por no haber tenido un padre conocido en su vida, se convirtió en un padrazo para sus dos hijos una chica y un chico. Su hija, enfermera, se casó y se independizó. Su hijo sigue viviendo con su padre en una casa grande, de pueblo, ambos dedicados a la ganadería.
Cuando comenzó la guerra de Ucrania y tanta gente salía de ese país, Isidro empezó a pensar en acoger en su casa a una familia ucraniana. Su hija le animaba, mientras su hijo ponía impedimentos. Al final su hijo cedió y acogieron a un matrimonio con dos hijas una de 14 años y otra de 8 años.
En nuestro encuentro, me contaba sus muchos desvelos:
_Su inacabable papeleo.
_Sus dificultades para encontrarles un trabajo.
_Las trabas de la administración que en un principio parecía que todo iba a ir sobre ruedas con el apoyo prometido a estas familias acogidas y luego todo han sido problemas burocráticos.
Sobre todo prevalece en Isidro un gran empeño por sacar adelante a esta familia. Alguna vez con las protestas de su propio hijo, que a pesar de haber aceptado la situación, a veces, se arrepiente de los dolores de cabeza que le traen a su padre y también a él.
Isidro, después de mucho ir y venir, les ha conseguido un trabajo tanto al padre de familia como a la madre, que según él son leales, agradecidos y responsables.
Otra caso distinto son las dos hijas del matrimonio. Sus hábitos de comer cuando se les antoja y permanecer encerradas en su habitación con los móviles, ponen a Isidro de los nervios. Mientras sus padres madrugan para ir al trabajo, Isidro pica una y otra vez en la puerta de las chicas para que se preparen y no pierdan el autobús que las lleva diariamente a clase.
Cierto que estas muchachas estuvieron tres días en un campamento sin comer y será por eso que hay días que se comen una docena de huevos, cada una, sin control alguno a lo largo del día. Ya van superando que en las fiestas del pueblo y alrededores cada vez que oían el sonido de los cohetes y las bombas corrían a esconderse asustadas. Espero que a lo largo del curso, en el colegio, las dos niñas se relacionarán más y sus hábitos se irán modificando poco a poco.
Deseo que la Vida, se encargue de premiar a Isidro por su gesto humanitario. Una cosa tiene clara Isidro; no se arrepiente, pero jamás repetiría la experiencia.
Para mi sombra, Isidro es un valiente: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” Eduardo Galeano.
La frase de Galeano está muy bien, pero las administraciones, todas en general, no pueden parecer magnánimas y luego dejar que sean los ciudadanos los que resuelvan los problemas, las administraciones deben de solventar los problemas burocráticos.
ResponderEliminarSaludos
Toda la razón Emilio. Facilitar la vida a los ciudadanos ése es su trabajo y no poner trabas.
EliminarUn saludo.
Lo mejor es la frase de Galeano.
ResponderEliminarAl final es la gente quién hace las cosas, la administración solo pone normas que son trabas.
Besos.
Así es Alfred. Lo que ocurre es que dependemos de las administraciones para todo.
EliminarUn abrazo.
Cruda realidad de las administraciones.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy cruda Conchi. No me extraña que este país sea el mayor consumidor de ansiolíticos. Un beso.
EliminarGracias por hacernos recordar que hay gente aún maravillosa.Besos
ResponderEliminarSí, Mucha, anónimos que nunca salen en la pantalla.
EliminarBesos.
Gente pequeña en lugares pequeños. Así es, Mara, así es.
ResponderEliminarFrente al desorganizado proceder de cualquier administración esa actitud de tu Isidro es admirable y tú por contárnoslo, Mara.
Tus relatos siempre son entrañables.
Gracias.
Gracias por tus palabras Enrique.
EliminarPara mí el problema es que sobran muchas administraciones y nunca se llega a la que te da la solución.
Besos.
Como bien dicen tus amig@s de blog, cómo cuesta ayudar a la gente desde la administración. Mucha propaganda, però despuès, arreglate cómo puedas... Sólo la gente, sabe ayudar a la gente . Un buen trabajo el de esta família !.
ResponderEliminarSalut !
Así lo creo Artur. Me ha gustado tu frase: "sólo la gente, sabe ayudar a la gente".
EliminarSaludos.
Una gran frase la de Galeano.
ResponderEliminarYo conozco a una persona que alojo a tres mujeres de la misma familia y tres generaciones en su casa pero desconozco eso del papeleo. La nieta creo que marcho a Suiza a trabajar en lo que estudio.
También creo que nos hemos lanzado a ayudar a los refugiados ucranianos que a los que huyen de guerras de otros lugares.
Saludos.
Sí, Tomás, hay varias familias que lo hicieron a veces por la propaganda, pues es verdad que otras guerras las tenemos olvidadas.
EliminarUn abrazo.
Bello blog te dejo un abrazo y entérate que sucede con los blogs del mundo
ResponderEliminarGracias por tu visita. Estoy contigo. Justicia para las víctimas del franquismo ya.
EliminarSaludos.
Hay que aplaudir a Isidro y a las familias que que acogen a los refugiados, con un idioma distinto y otras costumbres, El estado debería implicarse en facilitar las ayudas necesarias para la integración de estas personas que se han visto obligadas a dejar atras su entorno y su pais.
ResponderEliminarUn abrazo.
El estado se implica Helio, pero las cosas de palacio ya se sabe como van y cada administración tiene sus normas.
EliminarAbrazos.
La vida no les ha sido fácil. Isidro tiene buen corazón y son de las personas que hace una labor callada, en lugar de las palabrerías que tienen otros y que luego nada de lo que dicen los pone en práctica. Difícil juventud, estamos criando, que no es capaz de ser responsables de sus tareas, cuando ven a sus padres trabajando, para que a sus hijos no les falten de nada.
ResponderEliminarBesos.
Nada fácil, Miradas, muy difícil salir adelante con jóvenes que a pesar de la situación tan difícil no ponen de su parte.
EliminarUn abrazo.
Mi admiración a Isidro por su generosidad.
ResponderEliminarEstos seres son la gente de bien que vale la pena.
Todo lo demás, puro postureo, como dicen ahora.
Mucho hablar, salir en los medios, prometer...y luego, nada de nada...
La experiencia de esas chicas tan jóvenes ha sido muy dura. Les va a costar asimilarlo y hacer vida normal. Para una persona de la edad y las vivencias de Isidro, es difícil entender a las generaciones más jóvenes por su manera de ver la vida. Pero, Isidro, es una buena persona y estoy segura de que poco a poco las entenderá.
Saludos y gracias por tu felicitación.
Sí, Maripaz, para todos es difícil entender a algunos jóvenes y más si no son de nuestro país pero desde luego algunos como Isidro hacen lo imposible por entenderlos.
EliminarBesos.
querida yo no espero nada de nadie si pasa es bueno si no pasa es peor
ResponderEliminarMil abrazos y besos
Pues sí, Mucha, a veces es mejor esperar que la Vida te traiga lo mejor a ser posible.
ResponderEliminarBesos.
Admiro a la gente tan solidaria, Mara.
ResponderEliminarSalu2.