Barreras:
Su silla de ruedas no era apta para subir los cuatro escalones del estrado. Una mano amiga le ayudó a superarlos. Cuando estaba frente al micrófono...
La enorme sala, las luces, las personas, el silencio...
Su voz se negó a salir de su garganta. Inclinando su cabeza, agradeció los aplausos.
Las barreras nos las ponemos nosotros mismos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es Carlos y también somos capaces de superarlas, intentándolo de nuevo.
EliminarAbrazos.
Contando con una mano amiga es fácil superar muchas barreras.
ResponderEliminarSaludos.
Desde luego, Tomás, muy importante para superar cualquier barrera el apoyo de una mano amiga.
EliminarUn saludo.
Le pudo el silencio ante el escenario.
ResponderEliminarBesos.
Así fue, Alfred, no queda otra que volver a intentarlo.
EliminarUn beso.
He visto muchos sucesos como el que nos cuentas en mi vida durante mis clases de postgrado. Es algo que parece fácil, pero no lo es y montado en una silla de ruedas, mucho más.
ResponderEliminarMagnífico microrelato, Mara
No es fácil, Enrique, pero estoy segura que has visto superar muchas barreras y ayudado a superar algunas.
EliminarGracias. Abrazo grande.
Por un mundo sin barreras. Muy buen micro.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Conchi, hasta las barreras mentales se superan si se intenta.
EliminarUn beso.
Todo absolutamente todo se puede. Las barreras existen en nuestra mente. Si uno quiere, puede.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, MaquE, y tú nos das continuamente ejemplo de superación. Gracias.
ResponderEliminarAbrazo grande.
¡Qué mal rato debió pasar!
ResponderEliminarSalu2.
Muy, muy malo, Dyhego. Pero el tiempo todo lo cura.
ResponderEliminarSaludos.