Es un matrimonio de jubilados.
Una de sus hijas vino de Francia y ha tenido que dedicarse a hacer encuestas ofreciendo productos en supermercados y centros comerciales. Su hija les ha comentado que la gente en general pasa de que la interrumpan para encuestas cuando van a comprar. Así que sus padres están muy sensibilizados con el tema de las encuestan y nunca se niegan si suena el teléfono y una voz pregunta.
Sonó el fijo y descuelga la señora: Mire estamos haciendo una encuesta, somos una empresa que se está dando a conocer... sólo son dos preguntas. Bueno, si sólo son dos preguntas...
_¿Cuántas personas viven en su casa? ¿Viven ahí personas mayores de 80 años? ¿Y menores de 3 años? Gracias. Por cooperar. Pasaremos por su hogar para regalarle una almohada.
_No gracias no necesito regalos, abstenerse las visitas. La próxima vez, no picaré, se dice la jubilada, no saben como meterse en tu casa. Y no picó a la segunda con el mismo tema. ¿No es preocupante que sólo pregunten por información sobre los ancianos y los niños muy pequeños?
Pasa una temporada y vuelve a sonar el teléfono. Lo descuelga el marido. Encuesta sobre cultura. Bueno, sobre cultura, esto es nuevo, piensa el marido. Gracias señor, por cooperar, le regalamos un libro con toda la información de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, sólo tiene que pagar los gastos de envío.
_No gracias nada de regalos, no se resiste y añade: ya conozco cinco de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo e incluso Las Pirámides que es una de las Maravillas antiguas que...
Su mujer que le ha escuchado, pone el índice sobre sus labios para indicarle que no siga. Cuando él deja el teléfono, le apunta: ¡Demasiada información! ¿Para qué quieren saber si viajamos? Para sacar conclusiones, para eso.
El esposo está de acuerdo. ¡Nunca más picarán con las encuestas!
Hoy, los mayores son presas fáciles:"Concédeme la serenidad para aceptar aquello que no puede cambiar, el coraje para cambiar lo que sí puedo y la sabiduría para establecer la diferencia" de Epiceto.
Por lo visto las encuestas fluyen por todos lados. Aquí en Argentina donde vivo, sucede lo mismo. He tomado la costumbre de que apenas nombran encuastas; corto.
ResponderEliminarInteresante y real tu entrada.
mariarosa
Por lo visto "en todas partes cuecen habas" como decimos por aquí, María Rosa,.Gracias por tu visita. Saludos.
ResponderEliminarDefinitivamente, en todas parte se cuecen habas....!!!
ResponderEliminarSaludos =)))
Así es, Liliana, vivimos en un mundo demasiado globalizaddo. Pero es lo que hay. Un abrazo.
EliminarA mi me cuesta mucho no contestar, siempre pienso en el/la que llama. Lo cierto es que nuestros datos adquieren valor cuando se suman a los de los demás, curioso ¿verdad?
ResponderEliminarYo también tiendo a contestar, Pilar, pero cada vez voy siendo más precavida la verdad. Abrazos.
EliminarJamas contesto encuenstas telefonicas ni compras ni nada
ResponderEliminarGracias por tu visita
Te espero por mi blog principa
Abuela Cuber acunando palabras
Cariños
Haces muy bien, Abuela Ciber, en vista de lo que hay es lo mejor. Un beso.
EliminarEsta práctica de marketing telefónico lleva muchos años funcionando y molestando. El problema es que algun@s teleoperadores no se rinden nunca aunque le digas que no te interesa.
ResponderEliminarSaludos.
Así es, Helio, pero detrás tienen jefes que les exigen. No me parece un trabajo fácil. Un saludo.
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