Mario era un hombre cumplidor, buen marido y buen padre. Trabajaba en RENFE con un buen sueldo, Catalina y él llevaban casados quince años.
Cata, así le llamaban los más íntimos, comenzó a ver detalles en su esposo que no le casaban. Lo comentó con su madre, ésta le dijo: Hija, deja de darle vueltas. Es casi imposible que te sea infiel: hace su jornada, no trasnocha, si sale sale contigo...
Un sábado de otoño, había carrera ciclista en el puerto Pajares y su hijo de trece años quería ir, pero su padre le daba largas. Es que en el puerto hay que dejar el coche lejos, hay que andar mucho, subir... Su hijo se empeñó en ir ante los gestos de apremio de su madre y lo consiguió.
Regresaron al atardecer y Cata iba a preparar la cena cuando su hijo le dijo que no hiciera nada porque ya habían cenado y había pagado la cena Teresa. ¿Cómo que Teresa? Teresa era una compañera de trabajo. Al final por varias vías se descubrió que Mario tenía un "affaire" en el trabajo. Cata pidió la separación y Mario comenzó una vida junto a Teresa que sólo duró tres años.
Al principio parecía que todo iba bien, pero los problemas económicos comenzaron a aflorar. Mario no se hizo cargo de la parte de la hipoteca que le correspondía del piso que había compartído con su mujer y fueron los padres de Cata quienes la pagaron. Su hijo estudió en el instituto con muy buenas notas y pasó a la universidad.
Cuando su hijo terminó su primer año en la universidad, Mario llevó a su hijo a juicio porque había cumplido su mayoría de edad. Se negó a seguir pagando sus estudios. El juez falló a favor de su hijo que siempre había sido muy buen estudiante y debería de continuar con sus estudios universitarios. Ante esto, Mario se despidió de la empresa para no dar a su hijo lo que le pedía el juez.
Hoy, Mario se ha tenido que ir a vivir con su madre octogenaria de cuya pensión vive. Su hijo consiguió finalizar sus estudios, tiene un buen puesto y no quiere saber nada de su padre.
Después de tanto tiempo, Mario aún envía whatsapp a su ex, lamentándose del pasado. Quiere empezar de nuevo. La madre de su hijo, que logró un trabajo en una residencia de ancianos ni por asomo piensa en cruzar el abismo que la separa de él, Con su hijo adulto ella comienza a vivir de nuevo sin miedo ni ataduras. La infidelidad se la podría perdonar, pero el haber llevado a su hijo a juicio, nunca.
Pasar página es difícil pero necesario: “Lo único totalmente seguro es que tenemos esta vida ¿por qué perderla lamentándose?" de Abel Pérez Rojas.
Hola, me ha gustado leer tu entrada, con tu permiso me quedo siguiendo tu blog , yo también tengo uno por lo que te invito a el, saludos!!
ResponderEliminarhttp://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/
Gracias Cristina por tu visita yo también visitaré tu blog. Saludos.
EliminarLa historia más desagradable, parece mentira que pueda haber gente tan miserable.
ResponderEliminarMuy bien descrito.
Un abrazo.
Se da más de un caso. A veces los hijos se aprovechan y hacen que estudian pero en este caso fue muy buen estudiante siempre. Abrazote.
EliminarAsí como tantas historias que suceden en la realidad quizá mas impresionantes...
ResponderEliminarYo no me caso amiga.
Me parece muy bien, pero para tener hijos no hace falta casarse je, je. Saludos.
EliminarHola Mara.. Me he perdido, quien es Claudio, el hijo no puede ser, el padre se llama Mario, y yo estoy lio..
ResponderEliminarBueno da lo mismo, eso es el pan nuestro de cada día.. siempre habrá mentes estrechas y obtusas..
Un abrazo..
Ja, ja, llorenç, me ha traicionado el subconsciente. Ya lo he corregido, gracias. Un beso.
EliminarRepito el comentario de Llorenç, me ha ocurrido lo mismo. Por lo demás una mas de las muchas historias entre líos amorosos que fracasan y pensiones negadas a los hijos o la pareja. un abrazote
ResponderEliminarPues sí je, je, sólo hay un nombre de varón. Un beso.
EliminarDesentenderse de los hijos es algo muy rastrero, la verdad.
ResponderEliminarSalu2, Mara.
Pues sí, hoy hay muchos medios para no tener hijos, así que una vez que están aquí nos hemos de responsabilizar de ellos. Un saludo.
EliminarYo también me he hecho un lío con lo de Mario y Claudio. Por desgracia es una historia que se repite, todos conocemos a alguien con similares circunstancias a las de tus protagonistas. Lo has contado muy bien.
ResponderEliminarBesos Mara
No me extraña, je, je. Pues sí por desgracia no es habitual pero se da más de un caso. Un beso.
EliminarPuffffffffffffffff a lo mejor se llama Claudio Mario o Mario Claudio.
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
Sólo Mario, ¡vaya marrón! Abracines.
EliminarHay cosas que no tienen logica y esta es una de ella, por que tal y como tu dices una infidelidad quizás se perdone pero llevar un hijo a juicio para evitar tener responsabilidades me parece muy grave.
ResponderEliminarbesos
Así es yo también pienso que es mucho peor que una infidelidad. Un abrazo.
EliminarMuchas veces, por orgullo, y por no querer afrontar lo que es de ley, se cometen errores imperdonables, tanto, que intentar dar marcha atrás y comenzar de nuevo, se hace totalmente imposible.
ResponderEliminarEl que es mal padre, nunca podrá ser un buen marido.
Cariños en abrazos.
kasioles
Errores que se pagan el resto de la vida, pero... Besos.
EliminarPor algo dicen que la realidad supera la ficción, es increíble!
ResponderEliminarBesos =)))
La realidad en estos casos es muy cruda y quedan consecuencias para siempre. Un beso.
EliminarImagino que Mario se dejó llevar por malas consejeras, la envidia Teresa. En fin no puedo comprender ni por asomo como por liarte con alguien puedes dejar de lado a un hijo. Es algo que se me escapa.
ResponderEliminarCata debería bloquear el teléfono de Mario, menuda tortura.
La vida da muchas vueltas Mara, y por lo que he vivido pone a todo el mundo en su lugar.
UN abrazo.
Pues sí Tania, tarde o temprano, la vida te pone en su sitio lo mismo para bien que para mal. Besos.
EliminarQué historia tan terrible.
ResponderEliminardiariodemivida8.blogspot.com
Besos. Susana.
Lo es pero por desgracia muy real. Un beso.
EliminarHola Mara, se puede decir que Mario en cierto modo esta recibiendo todo el daño que hizo a su familia por no querer afrontar sus obligaciones, no entiendo que siendo un buen hijo y buen estudiante no quisiera hacer cargo de sus gastos, otro caso seria que el hijo no estudiase y viviese del cuento, pero no es el caso, después quiere arreglarlo?, pues hacen muy bien su ex y su hijo pasando de el, la verdad que tuvo muy mala leche marchándose del trabajo por no pagar, cuando falte la madre y no tenga la pensión de que vivirá?
ResponderEliminarBesos.
Pues sí Piruja, la vida devuelve lo que le damos y luego tiene difícil arreglo intentar volver atrás. ¿Cuándo aprenderemos? Un beso.
EliminarUna dura historia la que nos cuentas y no se porque me parece que ha sucedido o eso me parece.
ResponderEliminarPero de no ser así en esta ocasión la ficción llega a superar la realidad.
Saludos.
Es muy real y aunque no es lo normal, son varios los casos que se dan. Un abrazo.
EliminarUna historia tremenda, yo me pregunto ¿como puede un padre ser capaz de llevar a su hijo a juicio?, Bien hizo ella y su con no querer saber nada de él.
ResponderEliminarUn beso.
La verdad es que cuesta creer que un padre haga esto y más con un hijo estudioso y responsable, pero a veces se cruzan los cables y se comenten errores que se pagan el resto de la vida. Besos.
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