Llega una señora a la peluquería, tras ella, un chico de unos treinta y tantos, ambos se sientan en sendas sillas de espera. El joven bien vestido,se pone a hablar con todo el mundo muy suelto. A cabo de unos diez minutos se dirige al baño con decisión como si supiera bien dónde estaba.
Al rato, la ayudante de peluquería le comenta a su jefa: Ese chico hace más de un cuarto de hora que entró en el baño y no ha salido. La peluquera se dirige a la señora que entró delante de él y le dice: Mire su hijo está en el baño y no acaba de salir. La señora aludida contesta: No, no es mi hijo, no le conozco.
Entonces la peluquera se dirige al baño y dando unos golpes en la puerta grita: ¿Necesita ayuda? El hombre abre la puerta y dice: ¿A usted qué le importa lo que estoy haciendo? Su pelo y su cara chorreaban. El suelo del baño encharcado y el lavabo seco sólo metiendo la cabeza en la taza del water podía estar así. Ella le pidió que saliera y se fuera.
_No me pienso ir ¡fenómena! ¡que eres una fenómena! Sale y se sienta donde estaba antes. La peluquera le dice que se vaya, que si no lo hace llamará a la policía.
_Pues llámala ¡fenómena, gilipollas que yo de aquí no me muevo!
La ayudante a una seña de la dueña llamó a la policía, una de las clientas lloraba. El chico siguió despotricando. Llegó la policía, le sacaron por un brazo a la calle y al final lo subieron a uno de sus coches, recomendándole a la peluquera que cerrara con llave la puerta. Ésta así lo hizo y todo el mundo se tranquilizó.
Un par de días la peluquera cerró la puerta pero se relajó de nuevo y al tercero la dejó abierta. A los ocho días aún no había llegado ninguna clienta cuando sintió la puerta y al salir de su pequeño despacho se encontró de bruces con el mismo hombre ya dentro de su local. Las piernas le empezaron a temblar. El hombre levantó sus brazos a la altura del hombro con las palmas hacia arriba como para decirle que no le iba a hacer daño ni se acercó, sólo le aseguró:
_En casa reflexioné y he venido a pedirle perdón por mi comportamiento del otro día. La peluquera no se lo podía creer así que con voz temblorosa le dijo: Vale, vale, pues se lo agradezco y ahora me gustaría que se fuera. Así lo hizo el hombre, que esta vez se fue tranquilamente en cuanto se lo pidió. Es un hombre de 44 años, que vive en el barrio y no se le conocía vicio alguno, pero...
Desde ese día cierra la puerta con llave cada vez que entra una clienta o cliente:"Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un malentendido"Jean Paul Sartre.
Hola Mara.. Que cosas pasan en las peluquerías, yo creí que eso solo pesaba en las discotecas..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo..
Hola llorenç, Pues parece ser que a veces se dan unos casos chungos, chungos. Lo malo es que en las discotecas segurá pasando. Un beso.
EliminarRealmente nunca sabes como pueden acabar estas cosas, y es mejor prevenir que lamentar.
ResponderEliminarbesos
Ya lo creo. Ella de momento cierra la puerta siempre. Un abrazo.
EliminarPor acá, ya hace años que usan esa técnica de cerrar con llave...hace un rato tocaron a la puerta, con unos golpes muy fuertes, que de milagro escuché porque estaba abajo, y por el interfono le pregunté qué deseaba y no se puso delante para que yo lo pudiera ver, así que colgué y con miedo fui a ver, aunque no iba a abrir, sólo quería yo saber qué se le ofrecía y aventó una tarjeta, según eran mormones....ve tú a saber si sí.
ResponderEliminarBesos =)))
Desde luego que cada vez hemos de ser más desconfiados, yo sigo siendo de las que no cierro nunca con llave y abro casi siempre confiada pero creo que debo cambiar. Un beso.
Eliminar¡Qué horror! me desmayo del susto.
ResponderEliminarUn abrazo Mara
La primera vez susto, pero al menos había más personas, pero la segunda vez... Besos.
EliminarEn los tiempos que corren lo mejor es tener la puerta cerrada, pero lo difícil es saber a quien se le permite el paso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón Helio porque a veces aunque sea el del butano hay que desconfiar. Abrazos.
EliminarEs que yo crero que en las peluquerías se viven las cosas más rocambolescas que se pueden vivir.
ResponderEliminarBesitos y feliz fin de semana :)
A mí me parece un lugar superentretenido. Gracias igualmente. Un beso.
EliminarMadre mía.
ResponderEliminarBueno, al menos el hombre se disculpó, pero qué trago.
Besos.
Pero claro ella lo que menos esperaba que fuera ésa su reacción después de la primera vez. Un abrazo.
EliminarCreo que no podemos ni debemos vivir con miedo, pero menudo susto.
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
Estoy de acuerdo Irma, pero es verdad que cada vez cerramos más puertas, ya ni en los pueblos dejan como antes la llave en la puerta. Montón de besines.
EliminarMe imagino a toda las clientas en la peluquería con los pelos de punta... del susto, jajaja, aunque ya se que no es para reírse, ya que hoy día no se puede fiar uno ni de la sombra, sobre todo si está detrás.
ResponderEliminarUn gusto pasar por aquí.
Un abrazo.
Je, je, Elda si se piensa es una sensación cómica, a mí cuando me lo contó lo de "fenómena" me hizo reír mucho. Un beso.
EliminarHay que tomar precauciones.
ResponderEliminarHoy día todas son pocas, aunque yo sigo tomando pocas. Un saludo.
EliminarEn este caso parece ser que tenía un día algo cruzado el cliente en cuestión, pero si en lugar de ir bien vestido no lo hubiera ido seguro le hubieran denegado la entrada aun siendo una persona normal. Ya lo dice el refrán castellano el abito no hace al monje.
ResponderEliminarSaludos.
Muy cruzado por lo visto. Sí sí, lo malo si se te cuela sin poder evitarlo. Un saludo.
EliminarA pesar de que se disculpara no es para estar muy tranquila, pobre mujer!
ResponderEliminarBesos.
No, la verdad, yo como elle estaría deseando que se fuera. Un abrazo.
EliminarSiempre mantiene usted la atención del lector hasta el final...
ResponderEliminarEnhora buena
Gracias Buscador, la verdad es que la realidad supera a la ficción. Saludos.
EliminarMadre del amor hermoso, me resulta super raro todo esto que describes. Menudo mal rato.
ResponderEliminarBesos.
Real como la vida misma, pero chocante porque lo de volver a disculparse es muy raro. Un beso.
EliminarMadre del amor hermoso, me resulta super raro todo esto que describes. Menudo mal rato.
ResponderEliminarBesos.
La realidad supera a la ficción. :)
Eliminarhola mara,la verdad es que es bueno saber que hay gente que hace pasar un mal rato por su comportamiento indebido e inapropiado,pero es bueno saber reflexionar y pedir disculpas.
ResponderEliminarun gusto pasar a visitarte,gracias por visitarme tu tambien,un abrazo!!!
Pues sí no es muy normal que alguien se disculpe por su mal comportamiento, pero lo hizo aunque le dio otro susto. Gracias. Saludos.
EliminarEn este convulso mundo en que vivimos, ya no sorprende casi nada...
ResponderEliminarSalduos
Tú lo has dicho casi nada porque lo que sucede hoy mañana ya no es noticia, pero es el mundo que nos ha tocado. Un saludo.
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