¡Tiene tanto terror a las avispas que escribe "abispa" con b!
A principios del otoño mi hija y yo veníamos en el coche. De pronto, mientras conducía, hizo unos espavientos y dio un bandazo al volante que a punto estuvimos de salirnos de la carretera.
_¿Qué pasa? Pregunté:
_¡Una avispa, una avispa! Gritó mientras con una mano sujetaba el volante y con la otra daba manotazos al aire.
_Tranquila _le dije_ cuantos más espavientos hagas será peor. Abre más la ventanilla y relájate verás como sale si no se siente amenazada.
Al llegar a nuestro destino, ya sin avispa, me contó con la respiración entrecortada:
_ ¡Mira es algo que no soporto! De niña, como sabes íbamos a moras junto al río. Un día mi hermana y yo llevábamos las bicicletas y las dejamos junto a unas zarzas. Cogíamos moras y al rato me picó una avispa, yo salí corriendo y mi hermana detrás de mí con la bici. A pocos metros me paró. ¡Pues no me hizo ir a por la bici con el miedo que yo tenía! Al ir a coger la bicicleta sentí otro pinchazo. ¡Otra vez me habían picado! Así y todo cogí llorando la bici mientras mi hermana me esperaba a una distancia prudencial. Las dos regresamos a casa; yo, llorando a moco tendido..
_Al llegar partiría un ajo y te untaría con él en las picaduras, ¿no? era el remedio casero que me ponían a mí.
_Sí, sí, lo hiciste y se me pasó bastante pronto, sobre todo el susto. Pero desde entonces veo una abeja o una avispa y me pongo mala.
_¡Pues no es para tanto! Seguro que estás bien inmunizada contra el veneno de las avispas y hoy con tanta alergia a ellas, es una ventaja. Ya ves, el efecto mariposa arranca de la niñez y a punto estuvo de tener graves consecuencias si llegamos a tener un accidente o a provocarlo.
Todo quedó en un buen susto: "Aquello que no somos capaces de aceptar, es la única causa de nuestro sufrimiento" de Gerardo Schmedling.
esa frase final, mas que las avispas incluso, es muy muy demoledora... saludos!!!
ResponderEliminarAsí es, JLO, nos cuesta aceptar lo que nos hace sufrir. Un saludo.
EliminarDice bien JLO, la frase del Schmedling es para enmarcar.
ResponderEliminarLas avispas son, también mi perdición, a mi no me pican, pero ... a mi niña la acribillan.
Feliz tarde
Enrique, se ve que las avispas son selectivas, yo creo que notan el miedo en la persona. Un abrazo.
EliminarBuen susto!!!
ResponderEliminarEspecialmente manejando
Cariños
Sí, Abu, menos mal que todo quedó en eso. Besos.
EliminarLos miedos no tienen dueño, ni ley. Aceptemos nuestras dudas y quizá cumpliendo con la frase podamos seguir sin miedos.un abrazo
ResponderEliminarCuesta cumplir con la frase Ester, pero es indispensable aceptarlos. Un beso.
EliminarLa frase final es tan cierta.
ResponderEliminarY para los miedos, tengo una receta de familia...está en una entrada de mi blog jeje
Besos Mara =)))
Ya leí tu remedio, Liliana, lo malo es que con la copita se nos quita el miedo y seguimos engordando, je, je. Un besito.
EliminarSabio consejo diste a tu hija ya que si no las haces mucho caso se olvidan.
ResponderEliminarSaludos.
Trato de hacerlo, Tomás, con todos: alumnos, hijos, nietos, pero a la hora de la verdad todos se ponen nerviosos. Un saludo.
EliminarLas avispas tienen muy malas pulgas...Saludos.
ResponderEliminarY tanto jfbmurcia, je, je, ahora por si fuera poco la asiática se come nuestras abejas. Muy muy mala leche tienen. Un saludo.
EliminarNo es fácil tener serenidad cuando se te posa una avispa en la nariz mientras conduces, a mi me ha ocurrido.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad Helio, que en la nariz tiene que ser muy difícil seguir conduciendo como si nada. Tuviste que pasarlo fatal. Abrazos.
EliminarUy, es que las avispas dan mucho miedo...
ResponderEliminarYo sin embargo tengo miedo a subir en el ascensor. Hasta hace una semana no tenía ningún problema, pues vivía en un piso bajo, pero hace diez días que me mudé a Pamplona y vivo en un tercero...
Siempre nos acechan los miedos por las esquinas.
Hola Maripaz, pues no te cuento lo que vivió una amiga mía en el ascensor porque no lo volverías a usar. Yo tampoco voy muy segura en los ascensores... no hay más remedio que usarlos. Un abrazo.
EliminarNo siempre los miedos son dominables, a veces hay autenticas alergias.
ResponderEliminarBesos Mara
Sí, Ambar, a veces es más fácil decirlo que superarlos pero no nos queda otra o sufrirlos o superarlos. Un beso.
EliminarNo conocía ese remedio para las picaduras de avispas, en nuestro caso nos hacían ponernos barro en la picadura pero no recuerdo si lo calmaba.
ResponderEliminarCuesta mucho controlarse cuando uno siente miedo.
Besos
Aquí se usa mucho Conxita, pero el barro también dicen que es muy bueno. Un beso.
EliminarMenos mal que todo os salió bien y no tuvisteis percance alguno. Cuando yo era pequeña el remedio que nos ponía mi madre contra estas picaduras era barro con vinagre y nos iba muy bien, mi fobia es hacia todo tipo de reptiles.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí, Conchi, gracias que no hubo mayores desgracias. El barro con vinagre, lo del vinagre no me suena. Tengo una cuñada que no puede ver reptiles ni en la tele. Un abrazo.
Eliminar¡Aléjalas de mi! ¡Qué son alérgica y pararía en el hospital! ...
ResponderEliminar*se retira con miedo
Lo de la alergia a ellas es muy grave Susy, y cada vez hay más personas en tu caso. Espero que no te encuentres nunca con ninguna. Un beso.
EliminarLas avispas son traicioneras, van derechas a picarte. En cambio las abejas van a lo suyo. Avispas me han picado muchas. Abejas, creo que una, el año pasado en la playa, que pisé una sin querer. El dolor, ni punto de comparación con las avispas hijoputas.
ResponderEliminarSí, Dyhego, mucho más agresivas las avispas y por si fuera poco vienen las asiáticas que aún son peores y nos acaban con las productivas abejas. Una pena. Saludos.
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