jueves, 5 de marzo de 2020

La pulserita



Estábamos siete compañeras tomando algo frente a los jardines del Cid. De pronto se acerca un atractivo joven de color de unos veintipocos años, saca de una mochila varias pulseritas de cuentas de colores y nos va dando una a cada una. Ya mirábamos nuestros bolsos en busca de algunas monedas cuando nos dijo: 

_No, por favor, no necesito dinero pero quiero pedirles un favor. Si me escuchan, seré breve. Nací en Cabo Verde, fui adoptado por una familia portuguesa que me educó y nunca me faltó de nada. Recientemente me han diagnosticado una enfermedad ocular y en unos meses quedaré ciego. Por eso, antes de que esto ocurra, estoy descubriendo las maravillas de su país.  Vine a León para visitar el Santo Grial, los milagros existen. (Hizo una pequeña pausa) Quiero pedirles que cada vez que miren la pulserita: recen una oración, una jaculatoria, un verso, una sonrisa de energía... lo que ustedes quieran para que esta enfermedad se retrase lo más posible.

Nos dio las gracias por escucharle y con un saludo se fue sin darnos tiempo a replicarle. Tres de mis compañeras y yo nos colocamos la pulserita en la muñeca el resto la guardó en el bolso. Esta sombra mientras la colocaba pensaba:  

¡Ya lo creo que los milagros existen! Desde que hace unos años el Cáliz de Doña Urraca se convirtió en el Santo Grial, uno más de los varios que existen, ya ha hecho un gran milagro económico para la iglesia. Cada año llegan miles de visitantes. La mayoría pasan de la hermosura del templo románico, de sus hermosas pinturas murales en el Panteón de los Reyes; tan únicas que es llamada la "Capilla Sixtina" del románico. Sólo llegan con la ilusión de ver el famoso cáliz, que me encanta, pero que para mí, sigue siendo el cáliz de Doña Urraca. 

 Bien,  que me voy por los cerros de Úbeda.  Pues desde el verano llevaba la pulserita entre otras y apenas me acordaba del joven. Hace una semana la perdí y desde ése día, de vez en cuando, recuerdo al chico e imagino situaciones rocambolescas a veces positivas, le veo admirando las maravillas de nuestra Piel de Toro y otras no tanto. 

En mi último pensamiento vi al joven sentado en un banco frente a la Alhambra con sus gafas de ciego y su perro lazarillo tumbado a su lado. Recordando quizás la plaza de los leones, los jardines del Generalife, escuchando el sonido del agua... Como cuando, tal vez, hace meses pudo admirarlos con sus ojos sanos. A mi imaginación viene esa famosa frase que alguien le dijo en una situación parecida a una mujer que, curiosamente se llamaba Beatriz de León.  ¿Será casualidad?


Hay muchas formas de ayudar: "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada" de Francisco de Icaza.



22 comentarios:

  1. Nacemos con una gran capacidad de amar y de dar. Con el tiempo, nos vamos olvidando de cómo hacerlo con esa pureza natural.
    Un abrazo.

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    1. Así es Sara, en esta sociedad tan consumista nos olvidamos de dar lo que no se puede comprar. Un beso.

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  2. La iglesia cuánto se aprovecha de la fe, y convierte la belleza arquitectónica de los monumentos, en anzuelos de afán de atesorar. El post. interesante, y tu tu presagio. Qué bien escribes. Carlos

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    1. Gracias por tus palabras Carlos. La verdad es que me da rabia que se conviertan las obras de arte en milagreras. Un abrazo.

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  3. Precioso y emotivo, relato, Mara. Gracias por traerlo hasta aquí y compartirlo.
    Un abrazo fuerte

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  4. Un relato muy hermoso, emociona leerte y visualizar al joven, se le toma aprecio y se le añade a las oraciones. Ojalá pueda seguir viajando. Un abrazo

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    1. Ojalá Ester, no cuesta nada enviar energía positiva a las personas que sufren y parece que si son jóvenes nos afecta más. Besos.

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  5. Una pincelada de vida más... Y las hay a cientos.

    Abrazos Mara.

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    1. Así es Ernesto. Pinceladas de vida que emocionan. Un abrazo.

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  6. ¡Qué bonita historia! Si es que estamos rodeadas y rodeados de personitas geniales, solo tenemos que abrir los ojos y abrir mucho muchooo las orejas.

    Espero que le vaya bien en la vida.

    Besines utópicos para ti y para tu sombra.

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    1. Hola preciosa, gracias. Así es mirar y escuchar y sólo vemos y oímos. Muchos besines.

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  7. Espero que el joven haya podido ver muchas cosas, o que se haya curado.
    Salu2.

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    1. Es imposible saberlo Dyhego, pero una esperanza siempre estará ahí. Un saludo.

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    1. Gracias Manuel. Feliz miércoles. Aquí hace un día precioso.

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  9. Tierna historia. Ojalá tuviera su milagro.
    Besos

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    1. Ojalá Conxita, la energía positiva llegará a él seguro. Un beso.

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  10. Emotivo relato. Hay "joyas" que invitan a ser visitadas y el que quiere hacerlo, lo intenta a pesar de las trabas que se puede encontrar.
    Suerte a ese joven y que pueda seguir viendo muchos años más.
    Un abrazo.

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    1. Desde luego Laura, al fin son joyas históricas que desprenden energía positiva y eso le viene bien a todas las personas. Afectuoso abrazo.

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