Todo no vale.
Suena el fijo y descuelgo:
_Hola, buenos días hablo con la señora... dio nombre y apellidos. Contesto: ¿Sí?
_Mire le llamo de Seguros "Contrampa" (le doy el nombre que merecen) para concretar lo que estuvimos hablando hace unos días.
_¡Qué! No conozco ese seguro y yo con usted no he hablado en la vida.
_ Mire señora, recuerde que hace una semana hablamos...
_¡Nunca! Y colgué.
Mi peluquera tiene un negocio con el rútulo del nombre de su marido. Por allí pasan viajantes de varias casas, algunos ya conocidos.
Uno de estos días llamó un viajante que supuso que sería nuevo porque no le sonaba.
_Soy Jesús de la firma "tal". Hace unos días hablé con su marido Antonio y quedó de confirmarme unos pedidos. ¿Se puede poner, por favor?
_¡Ah, sí ¿Cuándo dice que habló con mi marido?
_Concretamente hace una semana y le agradecería que se pusiera él al teléfono.
_Muy bien, pues es muy difícil que se ponga. Que usted hablara con él imposible, a no ser, que tenga contacto con los muertos pues mi esposo hace más de veinte años que me dejó viuda.
_¡Perdone, lo siento mucho ha sido un error. Disculpe.
_Usted es un sinvergüenza y si es nuevo su obligación es trabajar informándose de quien está en la actualidad a cargo del negocio, antes de mentir y meter la pata. De la casa que usted representa no quiero volver a saber nada nunca más y cortó.
Hubo llamadas por parte del dueño de la empresa pero a pesar de la amabilidad por ambas partes ella, siguió en sus trece, no volvería a solicitar sus productos.
El trabajo es tema serio: "Una hormiga en marcha hace más que un buey durmiendo" de Lao-Tse.