jueves, 4 de febrero de 2021

Volver a empezar

Amaya tuvo dos hijos con su primer marido del que se divorció cuando sus hijos tenían siete y nueve años. Amaya se casó de nuevo con José que era un hombre soltero pero con muchos deseos de ser padre. 

Pasaron dos años y José insistía en que quería ser padre y animaba a su mujer a ir a por la niña. Amaya dudaba pero después de dos niños, una niña... Al final accedió y llegó la niña. ¡Y... qué niña!  Una llorona que no cesaba su llanto ni de día ni de noche. Pasaron los meses y la pequeña seguía con su llorera inconsolable a medida que las discusiones entre sus padres aumentaban. 

 Amaya un día explotó y echó en cara a José lo que pensaba: ¡Por tu culpa! Ahora que ya había dejado de hacer biberones y poner pañales me has hecho volver a empezar.  José en el fondo se siente responsable pero no se calla. Los vecinos se preocuparon por tanto llanto que no les dejaba pegar ojo y preguntaron a los padres el por qué de tanto lloro. El pediatra nos dice que está bien. ¡Qué le vamos a hacer! Salió llorona. Contestan los progenitores. 

Las discusiones a gritos e insultos entre la pareja iban a más y para que sus vecinos no llegaran a denunciar por el lloriqueo y sus trifulcas, el matrimonio se fue a vivir a una casa en un pueblo cercano a la ciudad. Las peloteras entre la pareja no cesaron. Lo que hace, en opinión de la nueva vecina, que la niña aún llore más y más. 

Al padre se le escucha intentar calmar a la niña, tiene mucha paciencia con ella y siempre le habla con cariño, mientras que Amaya le vocea y no para de repetir: ¡Esto es insufrible! Los altercados entre los miembros de la pareja y las faltas de respeto continúan.

La niña ya tiene año y medio y sigue llorando. Sus nueva vecina que tiene dos hijos se pasa las noches en blanco  a causa de los lloros de la niña y no sabe qué medidas tomar. Las peleas y gritos de los padres, en especial los de la madre de día y los lloros de la niña a todas horas no les dejan descansar y piensa que sus hijos, a veces, también discuten y no quiere malos rollos con sus nuevos vecinos. De momento sufre y soporta la situación. ¿Hasta cuándo?


Una triste situación: "Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad" de Karl A. Menninger. 


22 comentarios:

  1. Cuanta razón esa última frase,abrazos.

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  2. Pobre niña, si solo oye gritos no me extraña que llore. Un abrazo

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    1. Sí, Ester, a veces creemos que los peques no se enteran y lo padecen todo. Besos.

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    1. Alfred, un panorama del que los padres no son conscientes y por eso es difícil de cambiar. Abrazos.

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  4. Un panorama terrible
    pero me ha gustado tu escrito eres diferente
    Mil abrazos compañera

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    1. Hola Mucha. Gracias. Tú sí que eres única. Beso grande.

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  5. ¿Se preguntará los padres si no son ellos los culpables de tanto lloro?.

    Saludos

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    1. No sé Emilio, yo creo que están metidos en un bucle del que es difícil salir.
      Un saludo.

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  6. Hola hola Mara.

    Te he enviado dos correos a tu dirección que aparece en tu perfil pero me vienen de vuelta...

    Abrazos.

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    1. Hola Ernesto. ¡Con la técnica hemos topado! Te dejo mi otra cuenta, espero que haya más suerte.
      mlsolana@yahoo.es
      Abrazote.

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  7. Vaya movida y no maragata precisamente.

    Besines utópicos.-

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    1. No Irma, no es maragata es muy cercana. ¡Qué le vamos a hacer!
      Besines carnavaleros.

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  8. que terrible realidad pero es cierto
    Tu texto tan real y bueno
    abrazos siempre

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  9. mucha gente se casa porque toca y porque es lo que está aceptado socialmente, y luego pasa lo que pasa. y en cuanto a los hijos, si no estás preparado para hacerles crecer en un hogar sano, no los tengas. que el acto de la procreación es muy divertido, pero luego tiene sus responsabilidades.
    abrazos!

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    1. Es difícil Chema, casados o sin casar el hecho sería el mismo. Los hijos a veces dan más o menos guerra, yo en eso he tenido suerte y tengo cuatro, pero en este caso el comportamiento de los padres no ayuda.
      Un abrazo.

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  10. Encontrar la solución será complicado si en vez de buscarla se ponen a pelear.

    Un abrazo Mara

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    1. Así es Malque, empeoran la situación cada vez más. Un beso grande y mucha salud.

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  11. Una de mis hijos también lloraba mucho, pero que mucho.
    Y aquí estamos.
    Salu2.

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    1. Si, Dyhego, a veces salen demasiado llorones, pero como dices todo se supera. Un saludo.

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