¡Yo soy!
La profesora pidió que pusieran las sillas sobre la mesa para facilitar el trabajo a la limpiadora. Uno de los chicos dijo:
_¡Sidi, ya lo has oído pon la silla sobre la mesa!. Sidi levantó un brazo riendo. Iba en silla de ruedas. Era saharaui. Apenas movía las piernas y un brazo ya no le obedecía.
Vino desde Tinduff para curarse. Cuando llegó aún podía caminar. Sus padres de acogida le llevaron de médico en médico. Cuando ya no hubo esperanza. Le escolarizaron y tod@s le queríamos, porque era tímido pero muy alegre. Conoció el cine, el teatro, el circo... pero... el agua... el chorro del agua que del lavadero iba a la presa donde los patos de la Señora Amparo se zambullían una y otra vez... eso le fascinaba. ¡Nunca había visto correr el agua!. Un camión se la llevaba una vez a la semana al campamento. El día que nevó, fue una gran fiesta. El recreo duró más de lo normal. ¡La nieve también era agua!
Regresó a su país. Después de un tiempo sonó el teléfono. Era su madre española: ¡Sidi se ha ido para siempre! Hoy la nieve ha traído a mi sombra tu recuerdo. Sé que ya apenas podías respirar.
"¡La muerte es sólo un paso hacia adelante!" para J. Santos Chocano, pienso que para ti también lo fue.
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