viernes, 5 de marzo de 2010

"El Camino de Santiago" ( 3 )




Corría el año 1993:


Lunes día 19 de Julio:


Llegamos a Manjarín, las tiendas militares están ocupadas. Los guardias llaman a la puerta del refugio. Aparece el señor Tomás descalzo y con cara de sueño.Le damos las gracias a los guardias y entramos. De este "Gran viejo-joven" ya habíamos oído hablar a más de un peregrino. Allí Dormían otras tres personas en el suelo.Nos ofrece café que rechazamos por lo intespectivo de la hora. Su misión, según él, es dar posada al peregrino con desayuno, comida o cena, según llegues. No pide nada a cambio, sólo la voluntad, par preparar el menú siguiente a los peregrinos que lleguen.

El problema este Año Santo es la afluencia masiva de peregrinos, aunque la gran mayoría no hace parada en Manjarín. Tiré mi saco, Andrés sólo la esterilla porque el saco olía mal, sobre las losas del recinto. A la luz de una vela vimos: mesas, bancos, comida, bebida y hasta fruta.

Dormimos poco, aunque el silencio era total. Oí tirar un pedo
al gran viejo. ¡Cogería frío al abrirnos a aquellas horas! Me sonreí. A las seis comenzamos a oír hablar afuera. Tomás, comenzó a preparar café y leche diciendo: "Estos alemanes madrugan más que las gallinas".

Nos levantamos.
Eran los de las carpas militares, unos 40. Al abrir la puerta el espectáculo era dantesco: varios peregrinos con la "túnica" impermeable bajo una niebla cerrada que sólo dejaba ver a los cuatro primeros rodeados de las sombras de los demás.

Iban pasando y sirviéndose como señores
: mermelada, mantequilla, cola-cao, café, leche, pan, azúcar y fruta... Nosotros desayunamos café con leche . Yo cogí dos ciruelas para el camino.

Dejamos propina, por el gran servicio, nos despedimos del Viejo-joven y de su perra y muy abrigados con la capucha puesta, bajamos el puerto de Foncebadón que nunca habíamos subido.


La senda, preciosa entre dos montes. Los peregrinos en fila y en silencio. ¡Buen Camino! Nos deseo el hermano Tomás, que por edad, ya estará recorriendo el "otro" lado de la Vida...



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