lunes, 29 de marzo de 2010

"El Camino de Santiago" ( 4 )





Corría el año 1.993:



A medida que bajábamos el puerto de Foncebadón, que nunca subimos, la niebla se fue disipando y el sol nos dejó ver desde lo alto un hermoso paisaje y abajo "El Acebo". Nos aseamos en la fuente de "La Trucha" y bajamos hasta el pueblo con numerosos peregrinos, en su mayoría extranjeros.

Allí decidimos dejarle a una señora, no sin antes contemplar una mata de perejil nacida entre su casa y la calle, las mochilas sobre el banco del porche, e ir a visitar la famosa Fragua de Compludo. No tuvimos suerte pues como era lunes estaba cerrada. Mereció la pena disfrutar del idílico paisaje. Relajaba ver como el agua se deslizaba por una viga de madera. La soledad reconfortaba. El silencio era total.

Al regresar a El Acebo, una riada de peregrinos bajaba la calle Real siguiendo el Camino. Nosotros en dirección contraria, por la misma calle, íbamos disfrutando de sus preciosos balcones de madera, sus portalones, sus puertas de cuarterones, sus corredores y escaleras de pizarra...

Comimos en Riego de Ambrós, dormimos una corta siesta debajo de unos castaños milenarios
y nos reímos recordando el pedo del Sr. Tomás.

Al llegar a Molinaseca cruzamos el puente sobre el Meruelo, mirando desde él la playa artificial, preciosa que tienen aprovechando las aguas y el cauce del río. Pasamos por el refugio a sellar las "credenciales". Nada más saludar, el chico de recepción dijo: "Menos mal que oigo hablar español".

La gente está un poco harta de los peregrinos ciclistas que pasan a toda velocidad por las estrechas calles.


Seguimos hasta Ponferrada, donde pasamos la noche en casa de mi amiga Fina. Allí nos duchamos, cenamos, charlamos y dormimos como "rajás". Por la mañana visitamos La Encina y mi amiga nos llevó al camino de La Térmica, el origen más antiguo del Camino.


Nos despedimos y... caminando que es gerundio.





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