¡Yo soy!
¡Un joven cura con sotana! Se sorprende mi sombra mientras camina por la República Argentina.
Paro y miro disimuladamente un escaparate esperando que cruce junto a mí. Alguien detiene al sacerdote y le saluda sólo a unos pasos:
_¿Cómo estás Ramón? ¡Pero si me habían dicho que habías colgado los hábitos!
_¡Hola Luis, me alegro de verte! Pues para qué te voy a mentir va a ser la última vez que me veas así. Vine a visitar a mi madre. Los médicos le dan seis meses de vida y no quiero darle el mayor disgusto de su vida. Decirle que dejo los curas. Me hice sacerdote por ella. Llevo sotana sólo cuando vengo a León. Ya sabes que mi familia es muy, pero que muy tradicional y religiosa. Yo me he dado cuenta que se puede servir a Dios en cualquier lugar y en cualquier trabajo y...
_¿No te habrás echado una novia? porque hoy...
_A ti te lo puedo decir. Amo a una persona. Sé que ella lo sabe, aunque aún no se lo he dicho. Antes...quiero que mi madre se vaya tranquila a la tumba.
Se despiden. Mi sombra sigue ante el escaparate sin ver, pensando: "Donde reina el amor, sobran las leyes" de Platón.
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