jueves, 10 de noviembre de 2011

¡¡Mudo!!





¡Yo soy!



Una señora mayor entra en la peluquería. La peluquera la mandó sentar y le dijo:

_Mire si hace el favor de esperar un momento. Subo al piso a cambiar algo de dinero, enseguida bajo.

La anciana le dijo que no se preocupara y quedó cómodamente sentada en su sillón frente al espejo. Entonces se dio cuenta de que no estaba sola. Allí, reflejado en el espejo, vio un joven muy atractivo. Quiso ser cortés y le habló:

_¡Perdona! Fíjate que no me di cuenta al entrar, creía que había quedado sola y ahora te veo a ti. Nadie contestó a su comentario así que pensó que como el chico era joven y bien parecido no quería contestar ni comentar a una vieja y permaneció en silencio.

De nuevo apareció la peluquera con el cambio que había ido a buscar en la mano y la señora le comentó:

_Ya le dije a ese joven que creía que quedaba yo sola y resulta que también estaba él ahí.

_¿Quién, ese chico? _preguntó la peluquera ya muerta de risa. ¡Mujer pero si es un póster! ¡No ve que está medio desnudo? Además es muy famoso.

_Hija, yo pensé que como soy vieja no había querido hablarme.


Mi sombra también se echó a reír cuando se lo contó. Porque: " Si es posible, se debe hacer reír hasta a los muertos" de Leonardo Da Vinci.





4 comentarios:

  1. jajajaajajajajajaja que malas, pobre paisanina y si de repente la pasa como un videoclip de esos de hace mil años, que salió un apuesto chico de un comic (take on me)y se la lleva de turismo por ahí.

    Besines utópicos, Irma.-

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  2. Aún me estuve riendo al escribirlo, Irma ¡Como lo cuento pasó! Abracines.

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  3. Esto me recuerda lo que me contaron de cuando empezó la televisión y lo que hacían algunas de aquellas abuelas que cuando iban a ver el telediario se peinaban y vestían adecuadamente para estar bien delante de esos señores que había ahí metidos. ¿Cómo se meterían ahí?

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