jueves, 23 de enero de 2014

¡¡Lluvia de Euros!!





 ¿Quién no se queda patidifuso si a su alrededor llueven billetes de euros? 

Pues eso fue lo que sucedió en una calle de Oviedo la semana pasada. No sé si la prensa local se habrá hecho eco del suceso, ya que se localizó en una de las numerosas calles de Vetusta. Fue uno de estos días pasados en los que la furia del viento se desató por tierras del Principado. 

De repente en la calle se formó un gran atasco. ¿Qué ocurre? se preguntaban los conductores, mientras veían que otros al volante salían de sus coches para correr junto con los transeúntes detrás de unos papeles que volaban. ¡Que son euros de verdad! decían algunos, mientras otros pensaban: ¡Será una broma de algún mago callejero! 

¡Nada de eso! ¡Eran billetes de verdad, de 50 € principalmente! La gente corría alucinada intentando alcanzar los billetes que descendían volando y de nuevo algunos se elevaban. Mirando hacia arriba se aclaró el misterio. De una de las ventanas de un cuarto piso, mejor dicho del cajón de una persiana salían aquellos valiosos papeles. 

Cuando tanto barullo se armó, con pitadas incluídas de los conductores que no sabían lo que ocurría, asomó a la ventana una señora que de inmediato se echó las manos a la cabeza. ¡Su dinero! Sí, sí, su dinero,  el que ella creyó bien guardado a salvo de ladrones en el cajón de la persiana, caía en cascada. El dios Eolo de un fuerte golpe separó la tapa del cajón y repartía sus ahorros por la calle y aceras. ¡La vida tiene esas casualidades que sólo se ven en las películas!  


La gente reía mientras corría tras los billetes y reír es bueno: "Dicen que para fruncir el ceño hay que mover 111 músculos del cuerpo, sin embargo para reír basta con tres" dicho de el alcalde de Lepe.




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