jueves, 15 de noviembre de 2018

El "hermanastro"

Imagen obtenida de Google

 Miguel lo cuenta sin pena. Dice que ya ha perdonado a su madre pero aún no corre por verla y algo de resquemor guarda muy adentro.

Miguel vivía con sus padres en Vigo y un hermano mayor que él. Sus padres se separaron cuando Miguel tenía siete años. El padre vino a vivir con su nueva compañera a nuestra Comunidad. Fundó aquí una nueva familia y apenas se relacionaba con la primera.

 La madre de Miguel sacó adelante a sus dos hijos. El mayor se independizó y se fue a vivir con su novia a otra provincia. Miguel, con 17 años, vagueaba y servía copas en un bar pero no le daba ni para sus gastos y gustos para los  que dependía de su madre. La madre de Miguel conoció a un francés pero su hijo no llevaba bien esta relación. 

Un día de los que salió de botellón y llegó a casa a mediodía su madre le esperaba con una maleta preparada en la puerta. Sin darle tiempo a explicaciones le espetó: Me voy a vivir a Francia. Tú te vas a vivir con tu padre, ya he hablado con él. Así, de repente, sin más contemplaciones. A  Miguel se le vino el mundo encima.

En una semana, sin comerlo ni beberlo, se encontró viviendo en Palencia. En Galicia  dejó  Miguel una gran etapa de  su vida anterior. Alejado de sus amigos de toda la vida, en un ambiente completamente nuevo, conviviendo con una familia desconocida: un padre al que había visto pocas veces, una mujer que sería su madrastra y un hermanastro con el que nunca había coincidido, a pesar de conocer su existencia.

Al principio no lo pasó nada bien, a pesar del buen trato en su nueva familia, echaba de menos todo, hasta añoraba la lluvia de su Vigo natal.  A pesar de todo en su nuevo hogar encontró un amigo especial en su  hermanastro, un chico de su misma edad, que lo metió en su pandilla y le ayudó cuando peor lo pasaba a superar los cambios en su vida. En su hermanastro, aunque a él no le gusta esa palabra, encontró un gran apoyo  y sabe que siempre puede contar con él.

Hoy, Miguel trabaja de montador eléctrico, es independiente, le gusta su trabajo y está contento con su nueva vida en Palencia. Estas situaciones se dan cada vez más y en la mayoría de los casos dependen de la actitud de cada uno de nosotros que sean experiencias positivas o negativas.


Saber adaptarnos a las circunstancias nos hace más fuertes: "Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas" de Henry Miller.



23 comentarios:

  1. Hay situaciones de la vida real, Mara, que superan los argumentos de muchas películas.Esta al menos tiene un final feliz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso me gustó Esteban, porque no es muy frecuente que una situación así termine bien. Saludos.

      Eliminar
  2. Hay que saber adaptarse y reencontrar el lugar que nos corresponde en este mundo.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Alfred, sólo que a los jóvenes a veces estas situaciones no les gustan. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Una bonita historia, hay que aprovechar la oportunidad que se tiene de formarse y aprender a no depender de los demás. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí Ester, sobre todo los jóvenes que aquí están sobreprotegidos. Un beso.

      Eliminar
  4. Vicisitudes de la vida se las suele llamar... Y si bien hay tramos desconcertantes y dolorosos, todo tiene un "destino".

    Abrazo Mara.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mucha razón Ernesto, todo sucede por algo y en este caso fue muy acertada la decisión de la madre. Un beso.

      Eliminar
  5. Es la vida que toca vivir, hoy las separaciones osn mas frecuentes y son muy comunes historias como esa, aunque no todas terminan bien.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Helio, lo normal es que se complique la situación si el joven no la acepta pero si se asume pronto, es beneficiosa. Abrazos.

      Eliminar
  6. Como bien dices se trata de adaptarse de la mejor manera posible a las circunstancias aunque sorprende que a veces los padres separados se olvidan de los hijos y ser padre o madre es algo que no se acaba con un divorcio.
    Al menos tu protagonista lo consiguió y bien por ese hermanastro (qué fea palabra, con lo bonito que es hermanos) que lo ayudó.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, realmente es una fea palabra!

      Hermanastro, madrastra, etc.

      Lo mejor es no usarla ¡nunca! Y sí utilizar otras vías, que las hay.

      "El hijo de la nueva esposa de su padre"
      "Su nuevo hermano, hijo de la nueva esposa de su padre".

      Eliminar
    2. Las palabras no tienen la culpa de lo que definen, simplemente no nos gusta ese concepto y lo camuflamos.

      Eliminar
    3. Es el mundo que vivimos Conxita y cada vez se darán más casos en los que uno de los progenitores se desvincula hasta que le obligan a implicarse. Un beso.

      Eliminar
    4. No sé que ha pasado, que mi respuesta a Conxita está detrás de los segundos comentarios de Ernesto y Alfred.

      Estoy de acuerdo con Ernesto que la palabra no me gusta y se puede cambiar.
      Por otro lado tiene razón Alfred lo que queremos es suavizar el concepto.

      Eliminar
  7. La vida es un proceso continuo de adaptación. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es jfbmurcia la rutina y las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento y casi siempre nos pillan desprevenidos. Un saludo.

      Eliminar
  8. Muy triste situación para Miguel. Que se adapta, pues sí, a todo o casi todo uno se adapta, pero los hijos no se esperan que así como así la madre diga adiós.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sara, pues sí a veces viven situaciones difíciles pero les sirven para hacerles crecer en la vida. Un beso.

      Eliminar
  9. Hola Mara , en este caso el se pudo enderezar , pero hay otros mucho , que no pueden o no quieren que es lo más fácil , esta muy bien por lo menos este chico sera un joven responsable , te deseo una feliz noche besos de flor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Flor, yo diría que en la mayoría ocurre como tu dices por eso me gustó poner un caso que conozco que tuvo un final feliz. Un beso.

      Eliminar
  10. Una historia con Moraleja. Me ha gustado y la frase de Miller también. La comparto. Un abrazo y buen fin de semana Mara.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ainhoa, casos cada vez más normales pero con finales a veces no tan felices. Un beso.

      Eliminar