Imagen obtenida de la Red |
En griego "serifus" significa "quedarse de piedra". De piedra se quedó la señora cuando al abrir la puerta se encontró con una mujer despampanante muy maquillada y guapísima que además de ser alta llevaba unos tacones de 10 cm.
Dijo que era la nueva vecina del quinto y quería preguntarle a su vecina del tercero si ella sabía si tenía seguro el edificio porque... (ahí comenzó a hacer pucheros) le habían robado doce mil € y no tenía ni para comer. Su vecina la escuchó atentamente con cara de pena. Según la alucinante mujer ella era directora de un colegio en Gijón y bla, bla, bla...
La vecina del tercero le dio 50 € y le aconsejó que fuera a la policía que en 20 años que hacía que ella vivía allí, jamás habían entrado a robar a nadie en su edificio, al menos que ella supiera. La alucinante mujer contestó pasándose ambas manos a lo largo de los costados desde la altura del pecho hasta por debajo de las caderas y espetó: "será por esto". Su cara ya no mostraba signos de angustia. Prometió llamar a la policía y dándole efusivamente las gracias por su ayuda, la provocativa señora se dirigió hacia el ascensor de nuevo.
Pasados quince días volvió de nuevo la espectacular mujer a llamar al piso tercero. Esta vez le abrió un muchacho de unos 14 años. Nada más verla corrió a la cocina y en voz baja le comentó a la mujer que preparaba una ensalada: ¡Abuela, abuela sal, es un tío vestido de mujer! La abuela se asomó y se quedó patidifusa: ¡Otra vez, era la nueva y exagerada vecina del quinto! De nuevo le habían robado y se habían llevado hasta los muebles, pero ella sabía que había sido su ex que se portaba muy mal con ella. Esta vez la vecina del tercero no cayó en la trampa.
_ Llame usted a la policía yo no puedo ayudarla más.
Cuando cerró la puerta la abuela se preguntaba: ¿Es un hombre? y el nieto respondió con los ojos muy abiertos: ¡Pero abuela cómo no te diste cuenta, hasta en la voz se le notaba! Aquí la anciana sólo repetía:¡Qué tonta, qué tonta, cómo no me di cuenta la primera vez!
Sabemos que las apariencias engañan: "Si me engañas una vez, tuya es la culpa, si me engañas dos, la culpa es mía" de Anaxágoras.
La reflexion del final... creo que me la voy a tatuar jajajaja
ResponderEliminarbesitos y buen jueves♥
Puedes tatuarla MalaEnTodo, porque aún así a veces nos dejamos engañar más de una vez je, je. Un beso.
EliminarNadie está libre, Mara. Aquí en Chile también padecemos con las mil formas del delito.
ResponderEliminarAsí es Esteban, en todas partes ocurre con métodos cada vez más sofisticados. Un abrazo.
EliminarSoy culpable varias veces, es fácil engañarme, muchas veces es cómodo o es generoso. Un abrazo
ResponderEliminarSi lo haces por generosidad ya no es engaño Ester, pero es verdad que a veces aún siendo conscientes del engaño consentimos. Un beso.
EliminarHola Mara , puede ser que te engañen una vez o dos ,pero esto pasa por que uno no tiene maldad , y el otro se aprovecha , pero a la próxima vez con decirle lo que le dijo la abuela , ya no volvería nunca más , te deseo una feliz noche besos de flor.
ResponderEliminarHola Flor, mejor no tener maldad que desconfiar de todo el mundo aunque nos engañen. Besos.
EliminarAsí es, la segunda es culpa tuya, aunque seas un buenazo.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, a veces caemos hasta en la tercera. Un abrazo.
Eliminar¡Qué espabiladín el guaje!
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
Mucho, mucho, Irma. Bueno lo de guaje le queda un poco corto je, je. Besines cazurros.
EliminarDesde luego hay personas que se las inventan todas para engañar.
ResponderEliminarBesos
Así es Conxita, hay mucha mucha imaginación en los engaños. Un beso.
EliminarUn relato con mucha miga. Te pueden engañar una vez, pero dos...
ResponderEliminarMuy bueno.
Gracias Maripaz. Lo malo es que a veces nos engañan más de dos veces, sobre todo cuando hay confianza. Un beso.
EliminarPor algo nunca atiendo cuando suena el timbre de mi casa, o el teléfono, ni respondo los correos electrónicos, ni miro la televisión, ni...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Haces bien José, yo al contrario abro la puerta sin mirar y cualquier día me llevo un susto. Un saludo.
EliminarQue buen observador el chico.... una historia divertida me parece, por lo de que aveces no sabemos si es hombre la chica tan bella que vive al lado, saludos
ResponderEliminarYo creo Sandra que muchas veces estudian al personaje que quieren estafar y lo consiguen. Gracias por tu visita. Un saludo.
Eliminaruna historia muy tuya
ResponderEliminarmuy de cerca
me maravilla
cómo manejas tus letras
Gracias RECOMENZAR, ya sabes que en la gran mayoría de mi letras está la realidad que me rodea. Un beso.
EliminarUN relato como decimos por acá, bien "jalado", para dejarnos una lección de vida. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos, las anécdotas de la vida nos rodean continuamente. Abrazos.
EliminarUn texto interesante! Y clarificador de prácticas, ésta y otras muchas, que buscan el engaño y el aprovechamiento.
ResponderEliminarSi bien no presentan tantas "curvas", las entidades financieras tienden a desplegar otros "encantos", o cantos de sirena, con la finalidad de conseguir lo mismo: beneficios extras a costa de la gente.
Sobre el primer y segundo engaño, reconozco que en ciertas ocasiones "me dejo engañar" más de una vez. Prefiero quedarme corto en el "cortar" la comunicación con otros que "pasarme".
Ahora bien, una vez cruz y raya, ¡¡cruz y raya!!
Abrazos Mara.
Desde luego Ernesto, en España la picaresca se viste de múltiples formas.
EliminarAhí, le has dado, los bancos han engañado y nos siguen engañando con la letra pequeña. ¿Cómo no vamos a caer una y otra vez?
Abrazote.