sábado, 17 de mayo de 2008

En La Chantría






¡Yo soy!





Pongo mi sombra bajo una sillita de ruedas y la sigo. Yo sólo escucho ¡poder de las sombras!, al que nadie oye. Una carita sonrosada con unos enormes ojos.

_Me trajeron muy de mañana. Era raro un paseo tan temprano, pero... ¡me encanta la calle!.
En la primera parada, unos brazos queridos me pusieron en otros desconocidos. Miré a mi alrededor. ¡No conocía a nadie!. Busqué las caras y los ojos de los que tantos mimos me daban. No aparecían. Seguí buscando. No eran mis paredes, no era mi cuna, no era mi hamaca... ¡Nada era!

_¡Me habían abandonado en un mundo extraño entre personas aún más extrañas!. !Mis gritos alertaron a todos aquellos gigantes y cabezudos!. Algunos cabezudos lloraban conmigo mientras las gigantas me pasaban de mano en mano acunándome en sus brazos cada vez más fuerte.

_No sé el tiempo que pasó. Apenas sin fuerzas, los gritos dejaron de sonar. Mis dobles suspiros para respirar, se oían en la distancia. Cuando ya creía que nunca saldría de allí, apareció ella. Lo supe por su olor, antes de abandonarme en sus brazos. Los suspiros fueron cediendo. Mi cabeza aún seguía empapada en sudor.

_¡Qué sólo tengo seis meses!

Miré al bebé y asentí con mi cabeza de sombra. No tuve fuerzas para decirle que aquello se repetiría mañana y pasado. Sólo le dije que era la "guarde", que pronto haría amiguitos, que lo iban a pasar muy bien... ¡Lo que se dice siempre!


Y... recordé una frase: "Solamente encontramos dos placeres en nuestro hogar: el de salir y el de regresar" de Henry Becque.




2 comentarios:

  1. Estos gigantes y cabezudos no entienden nada ;)

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  2. ¡Y que lo digas!
    ¡Nada de nada!

    Feliz cumple y que cumplas muchos más... Ma.

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