¡Yo soy!
Dos hombres de unos cuarenta años:
_ ¡Me cago en el GPS, en la puta electrónica y hasta en la madre que la parió!
_¡No será para tanto hombre!
_¿Que no? Pues alucina. Salimos a mediodía de Madrid, mi pareja, la niña y unos amigos, para León. En pleno viaje, decidimos seguir para visitar el Santuario de Covadonga que no lo conocíamos. Pongo el GPS: A Covadonga. Rum, rum, rum... EN VEINTE METROS GIRE A LA DERECHA ¡Ni de coña, que me salgo! RECALCULANDO LA RUTA... Mi compañera:
_¡Anda coge el mapa que llegaremos antes! La chiquilla:
_ ¡Eso, eso, papá, como Dora la Exploradora_cantando_ el mapa, el mapa, el mapa.
El aparato sigue: GIRE..., GIRE..., GIRE... ¿Sabes dónde aparecí con el puto GPS? ¡¡En la Calle Covadonga de Oviedo!! Dos horas perdidas. Cuando llegamos a Covadonga, ni lagos ni leches porque se nos hizo muy tarde. Así que con el jodido GPS regresamos a León. ¡Esta vez el cabrón de él no se equivocó!
_¡Mira que aparecer en Oviedo! Pero, tuviste suerte, al menos apareciste en un sitio conocido.
Se alejó mi sombra pensando: "El que se pierde es el que encuentra nuevas sendas" de Nils kjaer.
El que se pierde es el que se desorienta. El GPS te lleva donde tu le indicas, ni más ni menos ;)
ResponderEliminarSi no sabes programar un GPS la culpa es de... del aparato, por supuesto.
ResponderEliminarA veces el aparatito es un poco pesado. A mí particularmente me gusta mirar los mapas. Siempre encuentro sitios interesantes y desconocidos en los que perderse es muy agradable. El GPS es, como toda la electrónica, un poco impersonal aunque ya se nos hace imprescindible.
ResponderEliminarSaludos, Mara.
Ra, pues se ve en esta familia hay alguno desorientado ja, ja. Megabesos.
ResponderEliminarYa, Minipunk, o de Zapatero, je, je. Un saludo.
Tienes razón, Aorillasdelorbigo, la verdad es que yo no lo tento y no puedo opinar sobre él. En los viajes largos prefiero el transporte colectivo. Pero creo que es algo muy práctico aunque tenga sus contras. Un abrazo.
Me resulta familiar ese suceso, un par de veces....Pero el caso es que el cabreo no te lo quita nadie! Jajaja.
ResponderEliminar