¡Yo soy!
El jueves entró en la carnicería de siempre y pidió unas chuletas de cerdo. Vio unos jamones a muy buen precio y le dijo a su carnicera:
_Ahora no traigo dinero, pero guárdame un jamón que MAÑANA vengo a por él.
La carnicera como era una clienta de confianza, descolgó el jamón del gancho de acero y lo puso sobre el mostrador diciendo:
_¡Llévatelo, ya me lo pagarás!
_No, no _atajó la clienta_ ¿Cómo me lo voy a llevar sin pagártelo?
_¡Qué pasa! Piensas morirte esta noche? _bromeó la vendedora.
_No, no es eso, pero...
_¡Llévatelo de un vez, Pilar, ni que no nos conociéramos!
Tanto insistió la carnicera, que la clienta se llevó el jamón a su casa.
El viernes muy de mañana una vecina llegó con la mala noticia:
_¡Pilar ha muerto! Esta misma noche. De un ataque al corazón.
La carnicera, no se lo podía creer. Se acordó de su: ¡Qué pasa! ¿Piensas morir esta noche? Recordó la deuda en medio de su tristeza. Al mismo tiempo decidió que nunca cobraría el importe de ese jamón. Seria su regalo de flores invisible. Donde quiera que estuviera, su fiel-clienta, se lo agradecería.
Así, lo escuchó mi sombra: "Vivir y dejar de vivir son soluciones imaginarias. La existencia está en otra parte" de André Breton.
Aveces pasan cosas, como decía el otro.
ResponderEliminar¡Y qué cosas! Saludos.
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