miércoles, 21 de septiembre de 2011

¡Basura sin arreglo!





¡Yo soy!









La señora Eulalia decidió venir a León, para traer a arreglar dos pares de zapatos.
 
Su vecina , cuando se lo comentó le dijo:
 
_Ir a León para eso. ¿No te traerá más a cuenta tirar los zapatos a la basura?
 
_No, no, que aún están de muy buen ver. Contestó convencida.
 
Eulalia, preparó la bolsa con los zapatos y a su lado colocó la bolsa de la basura. Pensaba tirarla al contenedor que le quedaba de camino cuando saliera a la parada del coche de línea. Salió con sus bolsas. Tiró una de ellas al contenedor y se dirigió a la parada.
 
 Con su bolso en una mano y la bolsa del calzado, en la otra, se montó en el autobús. Colocó los zapatos a sus pies. Notó alguna mirada de recelo, pero no le dio importancia. 
 
Al llegar a la ciudad, se dirigió directamente al "Rapidito" para dejar allí sus zapatos. Mientras caminaba, iba pensando en dar  un paseo por La Condesa contemplando el río. ¡Le encantaba! Y... hasta la hora de regreso tendría tiempo de sobra.
 
 Saludó con los buenos días a las dos clientas y trabajadores. Se dirigió a uno de ellos y al tiempo que le entregaba la bolsa comentó: "Aquí le traigo dos pares de..." _el zapatero la interrumpió al tiempo que le devolvía la bolsa:
 
_¡Señora! La basura no tiene arreglo, al menos aquí.
 
 Salió de la tienda muerta de vergüenza con la bolsa de la basura en la mano buscando un contenedor desesperadamente. Al regreso  contó a su vecina:
 
_"Tenías razón, tiré los zapatos a la basura".
 
_¡Pero mujer! ¿Y para eso tuviste que ir a León? Bromeó su vecina cuanto le contó el despiste.
 
 
Las dos mujeres rieron durante un buen rato, mi sombra las acompañó en su risa: "Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído" de Jean de la Bruyère.
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. Así es, hay que reírse porque estos despistes nos atrapan a todos. En alguna ocasión algo parecido he visto y he sufrido. Al final terminas partiéndote de risa de ti mismo. Un saludo

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  2. jajaja, a mi tb me ha pasado varias veces lo de la vecina, según iba leyendo intuía el final,hacemos demasiadas cosas a la vez, pero sirve de terapia de risa cuando lo comentas , un saludo

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  3. La verdad es que nos puede pasar a cualquiera, J.Carlos pero sí, después del apuro mejor es reírse. Saludos.

    Je,je, Angi, se dan situaciones muy cómicas que al final nos hacen pasar buenos ratos. Un abrazo.

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