¡¡Qué control!!
Mi sombra en el gimnasio. A mi lado en otra bicicleta una joven. Ella tiene una llamada y escucho decir "hola papá". Nada más colgar se acerca a la joven un chico fuerte y robusto que hacía pesas junto detrás de nosotras. Era su pareja por lo que escuché al momento:
_Quién te llamó?
_Mi padre.
_No te creo, a ver, enséñame la llamada.
_No te la enseño, era mi padre. No seas tan desconfiado.
El chico tuerce el gesto y se va a su lugar justo detrás de la joven y continúa con su ejercicio. De nuevo suena el móvil de la chica y habla con una tal Cristina. Nada más colgar se vuelve a acercar su pareja y pregunta de nuevo.
_Y ahora quién era.
_Cristina, que anda mareando a mi padre...
_Entonces por qué miraste hacia atrás para ver se yo te observaba.
_No sé pero ya viste que hablaba bastante alto que se enteran todos los de alrededor.
_ ¡Enseñame la llamada!
_No te la enseño.
_Enséñamela, por favor.
_Que no, que confíes en mí.
Él se coloca de nuevo detrás de ella de pie con las piernas abiertas y los brazos cruzados. Ella le hace un gesto para que se suba a la bicicleta que hay a mi lado y así poder verlo, pero él no se mueve. De pronto se vuelve a acercar a ella y le dice:
_Está bien quedamos como amigos, dame la llave.
_¿Y mi ropa? La llave la tengo en el casillero.
_Pues bajas y me das la llave.
Bajan los dos. Al los diez minutos suben de nuevo y ella vuelve a mi lado a la bicicleta. Se acerca él y le da una llave, supuestamente se la devuelve, ella la guarda. ¡Yo aluciné! Su chico pasea por detrás de la fila de las bicicletas. En un momento que lo veo alejarse un poco de espaldas le digo a ella: ¡Qué control, no lo consientas! Ella muestra una sonrisa y no dice nada mientras gira la cabeza hacia él para ver si la observa. Mi sombra se levanta de la bici y se va. Me preocupa que si él nos observa, le pregunte por mi comentario y me monte un pollo de mucho cuidado. Se empieza por controlar llamadas y conversaciones y se acaba por ....
Mucho me temo que si mañana me espera un joven fornido en el gimnasio para decirme que quién me ha dado a mí vela en ese entierro, tendría que darle la razón. Pero... como mujer, no me pude aguantar.
Espero que no se haya fijado en mi sombra:."En los celos hay más amor propio que verdadero amor" de François duque de La Rochefoucauld.
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