Feliciano, hoy ya jubilado, trabajó toda su vida en el negocio del vino y cuenta que...
En tiempo de las pesetas iba con su socio a pagar 150.000 pts a varios proveedores de sus vinos. El dinero lo llevaba en un viejo sobre guardado en el bolsillo del tabardo.
Entraron en un bar a tomar unos vinos. Es importante decir que los bares antiguos como éste, tenían una parte de la barra que se levantaba para que el camarero o el dueño pudiera entrar y salir a servir en las mesas a los clientes. Los dos socios tomaron sus vinos con los pinchos y Feliciano sacó el sobre y lo posó sobre el mostrador a su lado para tenerlo a la vista. Alguien entró y levantó el trozo de mostrador y el sobre quedó entre la tapa y la pared sin que ambos se percataran.
Salieron charlando del bar y decidieron ir a comer a un restaurante. Comieron tranquilamente y el socio puso un billete encima de la mesa para pagar y en ese momento preguntó: ¿Feliciano, y el sobre? Feliciano se palpó el pecho y los bolsillos. Se miraron y sin decir palabra salieron los dos de estampida hacia al bar donde habían estado, sin esperar a por la vuelta del pago de la comida, por supuesto. Ya había pasado demasiado tiempo..
Llegaron al bar sin aliento, preguntaron, miraron y remiraron y nada. De pronto el dueño bajó la tapa de la barra del bar y... ¡Allí estaba el sobre!
Quizás sea cierto que: "El destino se ríe de las probabilidades" de George Bulwer-Lytton
Como han cambiado los tiempos y "los sobres"...
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
Ya lo creo, Irma, algunos políticos van de "sobraos" y otros de "sobre" y la gente normal para ellos está de "sobra". Abrazos.
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