¡Ya todo acabó! Descanso por fin. Nunca más sufriré tus golpes, tus injurias y tus humillaciones
Miro mi cuerpo ensangrentado encogido junto a la pared. Mi espíritu ya no está en él. Veo el cuchillo con el que diste fin a mi vida teñido de rojo. Ahora te miro. Contemplo tus manos llenas de sangre, tiras el cuchillo y corres al lavabo. El agua se vuelve púrpura, tus manos quedan limpias pero siempre las verás sucias.
Regresas al lado de mi cuerpo y lo contemplas. Aprietas tu rostro entre las manos. ¡Eres un cobarde! Ya no grito, ya no te pido clemencia. Tú ya no me pides perdón. ¡Jamás podrás volver a hacerme daño! No habrá más denuncias inútiles por mi parte. Me siento libre por fin, lejos de ti, de tu crueldad y de tus celos. Allá donde vayas mi sangre te seguirá.
Desde este lado de la Vida al que las personas llaman Muerte te seguiré. Desde aquí seré un fiel testigo. Mi muerte hará más fuertes a otras muchas mujeres que se sienten agredidas. Algunas denuncias prosperan y juntas trabajarán para que recibas tu castigo y otros hombres no sigan tus pasos. Desde este lado velaré para que NUNCA MÁS un hombre vuelva a manchar sus manos con la sangre de una mujer.
¡¡SOY UNA DE LAS CUARENTA Y CINCO MUJERES ASESINADAS ESTE AÑO!!
Gran consuelo es saber que muchos hombres valoran y respetan a las mujeres: "¡MUJER! Eres novia, eres esposa, eres... amante, eres madre... ¡MUJER! ... Eres una rosa roja para la vida! Y... un clavel para el amor" de Jackselins Arteaga.
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