miércoles, 16 de abril de 2008

En la Plaza Elíptica







¡Yo soy!




Siento mi sombra en uno de los parterres frente a un viejo edificio de hermosa puerta blanca forjada en hierro. Giro la cabeza y me relajo mirando la fuente.

De el portal de la antigua puerta, salen una mujer obesa y una chica de unos 15 años que comenta:

_¿Te das cuenta? Me ha dado la dirección y ha tachado "portería" ha dicho que no hace falta que lo ponga. Que mis cartas le llegarán igual. ¡Mi amiga se avergüenza de vivir en una portería! ¡La verdad es que es un piso "superpequeño" y tan oscuro...!

_Sí, aquí el único que se da "el pote" es el padre ¡Siempre con un puro en la boca! ¡Como si en vez de portero fuera ministro! ¡Que se los regalan los señores para los que limpia la madre, no te creas que los compra! Mucho presumir pero quita el hambre cuando va al pueblo que... ¡Se pone fino comiendo chorizo y jamón!

_¡La prima parece una modelo! Por eso yo pensaba... que vivían mejor.


Me quedé absorta contemplando la puerta tras la que pensaba que vivía gente rica y recordé:

"La verdad existe. Sólo se inventa la mentira" de Georges Braque.



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