martes, 7 de febrero de 2012

¡Para la gripe!





¡Yo soy!




Gelo fue con su pequeño de tres años a la farmacia a comprar "Frenadol" para su principio de gripe. Hizo su pedido y en ese momento sonó el teléfono. La farmacéutica cogió el auricular y atendió la llamada. Él mientras esperaba, vigilaba a su hijo, para que no tocara nada. La boticaria colgó y preguntó:
 
_¿Qué era? _El papá miró un cartel publicitario que tenía de frente y le dijo:
 
_Farmatón, por favor _lo que rezaba en el cartel. La vendedora de medicamentos le comentó:
 
_Mira tenemos una oferta, son dos cajas por el precio de una, si le interesa.
 
_Está bien _terció Gelo_ me llevaré la oferta.
 
_Son 13,5 € .
 
_¡Qué barbaridad! ¡No puede ser! _pensó Gelo_ si una caja vale la mitad. La boticaria ya le daba la vuelta de los 20 €. Gelo iba a protestar cuando leyó en uno de los envases comprados: "Farmatón". Salió con su hijo de la farmacia pensando... ¿Cómo demonios se llamaba el medicamento que yo venía a comprar? Al llegar a casa recordó la palabra. Le dio tanta vergüenza volver a la farmacia por su despiste, que decidió ir a otra distinta a por el "Frenadol". En su botiquín quedan las dos cajas de "Farmatón" a la espera de que algún día decida ponerse en forma.
 
Esta anécdota real me hizo recordar otra que me contaban de chavala: La madre manda al niño a la tienda a por un kilo de escabeche. El chico va repitiendo por el camino: "Un kilo de escabeche, un kilo de escabeche, un kilo... De repente le sale un perro y le persigue ladrando. El chaval le grita: ¡Chito, chito...! Cuando llega a la tienda le dice al tendero: Vengo a por un kilo de "chito".
 
 
Je, je mejor sonreír y poner al mal tiempo buena cara: "La alegría, piedra filosofal que todo lo convierte en oro" de Benjamín Franklin.
 
 
 

3 comentarios:

  1. Jejeje, a mí me ha pasado alguna vez. Un placer el volver a visitar tu blog. Besos de regreso!

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  2. Jo y a mí, pero no con el Farmatón que conste.

    Un abrazote utópico, Irma.-

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  3. Gracias Silvia, una alegría volver a tenerte por aquí. Un abrazo.

    Irma, ¿qué será lo que sobra en tu botiquín? Un besín.

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