jueves, 22 de octubre de 2015

¡Fotocopiando!





 Clase de inglés de segundo de ESO. 

Una de las alumnas se encuentra mal y pide permiso para salir al servicio. Tarda en regresar y Celia, amiga suya, pide permiso para ir a ver qué le pasa porque dice que ya vomitó antes de entrar en clase. Al momento Celia regresa y pide a la profesora que por favor la acompañe que su amiga se encuentra muy mal. 

La profesora sale rápidamente del aula pensando en algo grave. Aparentemente la adolescente está mal, mareada, con vómitos... Entretanto un alumno, dos o más, hurgan en el cajón, la carpeta y el bolso de la profesora. Descubren el examen final que les va a poner al día siguiente y también la plantilla correctora. Sacan fotos a todo con el móvil. Cuando regresa la profesora aparentemente todo sigue en orden. ¡Demasiado silencio! pensó, pero no le dio mayor importancia. 

Por la tarde la mayoría de los alumnos van a una academia a clase de distintas materias. ¡Ya todos llevan el examen de inglés fotocopiado! Hacen alarde de su acción ante la profesora de la misma materia de la academia y por si fuera poco la graban con el móvil felicitándolos por lo hábiles que han sido. 

Por supuesto al día siguiente con todos los exámenes contestados literalmente, el fraude es descubierto. Las dos chicas interrogadas confiesan su teatro. En su móvil están los wassap como prueba de que su acción ha sido aplaudida. Silencian quién hizo las fotos de las pruebas, aunque lo saben, pero ellas no estaban en clase . 

 Los móviles están prohibidos en el instituto pero en las clases hay móviles. El equipo directivo hace la vista gorda. ¡¡Chiquilladas!!  El caso es no tener problemas. Le han dicho a la disgustada profesora que no se puede ser tan confiada.

Se deberían tomar acciones pero... ¿contra quién?
¿Contra el equipo directivo que no hace cumplir las normas? ¿Contra la profesora confiada? ¿Contra los alumnas teatreras? Contra los alumnos que husmean y se apropian de pertenencias privadas? ¿Contra quien aplaude estas acciones?

Estos hechos ocurrieron en un instituto del Bierzo, no de Ponferrada, a finales del curso pasado.


Para mi sombra, está claro, las normas están para cumplirlas: "Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede causar un incendio" de Saadi, poeta persa.


3 comentarios:

  1. No te diré que no haya copiado e incluso beneficiado de algún despiste profesoral, pero esta maniobra tan hurgada y bien montada, merecería un escarmiento, para evitar males mayores.
    un saludo.

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  2. Tanta organización da cierto miedo, la mitad del esfuerzo en estudiar les hubiera bastado para aprobar, seguro.
    Una caja dónde dejar los móviles al comienzo de las clases sería útil pero también poner el foco en el medio y no en la base.
    Complicado.

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  3. Estoy de acuerdo, Alfred, lo peor creo yo que es hacer la vista gorda. Saludos.

    La ley del mínimo esfuerzo, Pilar, es la más fácil de seguir y los móviles en clase si están prohibidos tiene que haber medios para hacer cumplir la norma. Lo de la caja estaría bien, ¿por qué no? Gracias por comentar.

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