¡Qué lerda! ¿Cómo no se dio cuenta antes?
Juntos habían visitado pisos para alquilar, juntos habían elegido los muebles, juntos habían comprado el coche...Y...por si fuera poco ya tenía con él un hijo y sólo hacía unos meses que se había enterado de que su pareja se drogaba.
_Soy un enfermo. No hacía más que repetirlo desde que ella se enteró.
_Ya sé que lo suyo es una enfermedad ¡Pues que me lo hubiera dicho! y sobre todo que intente ponerle remedio poniéndose en tratamiento, por mí y por su hijo. Ni siquiera lo intenta y eso no estoy dispuesta a consentirlo. Ni un día más aguantaré la situación, se lo había dicho muchas veces pero nunca lo ponía en práctica, hasta que...
Se acabó. hasta aquí hemos llegado. Se dijo a sí misma. Era uno de sus peores días. Ella también tenía días malos o se creía que él era el único. Ya estoy hablando sola, y qué, mejor hablar que explotar. Cogió a su pequeño y se fue a casa de su madre con lo puesto y lo imprescindible para el bebé.
A los ocho días regresó al piso de alquiler para recoger varias de sus pertenencias. ¡Oh sorpresa! Los muebles, la televisión, su preciosa vajilla, hasta el frigorífico... ¡Todo había desaparecido! Solamente quedaba la enorme cama de gratos y no tan gratos recuerdos.
¡Todo había sido vendido!
Pasó el tiempo. Pasaron los años. Su hijo ya había cumplido la mayoría de edad. Su padre no lo conocería si se lo encontrara por la calle. Hace unos días suena el teléfono y es él. En el colmo de la desfachatez le pide desde otra comunidad el "libro de familia". Ni siquiera le pregunta por su hijo, no se atreve. ¿Para qué a estas alturas pedir el libro de familia? Porque hoy tiene otra pareja y desea pedir una ayudas que sólo le dan si presenta el "libro de familia". Por supuesto que la madre de su hijo no se lo enviará. Para convencerla le ha prometido compartir con ella la ayuda. ¡Ni de coña, pero qué se ha creído ese cabrón!
No se puede creer lo que escucha. Tantos años sin compartir nada con él y ahora le viene con esas.
¡Se puede ser más caradura! "Las palabras que no van seguidas de hechos no sirven para nada" de Demóstenes.
Como la vida misma, hija, un placer leerte
ResponderEliminarGracias Mª Ángeles, escribo sobre lo que me rodea y la verdad a veces se producen situaciones rocambolescas. Un abrazo.
ResponderEliminarAy, Mara ... muestras una foto muy cruel, muy real ... y, con muchas variantes, muy frecuente.
ResponderEliminarSaludos.
Sí Enrique, la he tomado de la Red las hay mucho más crueles aún, por desgracia. Un saludo.
EliminarCon permiso, hice el reblog: https://etarragof.wordpress.com/2016/05/13/leonesando-vaya-rostro/
ResponderEliminar¡Por supuesto! Gracias.
EliminarMenudo caso!
ResponderEliminarSaludos.
Hay muchos, Alfred, éste uno más entre ellos. Un saludo.
EliminarIncreíble que no se diera cuenta, pero a veces pasa....
ResponderEliminarBuen finde Mara =)))
Así fue, Liliana, no a todos se les nota hasta que es demasiado tarde. Un abrazo.
EliminarCasi que me lo he creído, esas cosas pasan, por eso la frase con la que cierras es un adagio al que habría que ponerle música. Saltos y brincos
ResponderEliminarAsí es Ester, algunas personas se ponen en manos de especialistas otros comienzan con el lema: "Las dejo cuando quiera" pero... Un beso.
EliminarLerdísima... y un buen cabronazo con tu permiso :))
ResponderEliminarUn beso.
Sí Laura, a veces no sé para donde se mira. Un abrazo.
EliminarSituaciones que pueden ser realidades, pero es dificil de creer que en una relación íntima no se lleguen a observar estas situaciones. De todas formas ya sabemos que el amor es ciego, y aveces la pareja demasiado crédula.
ResponderEliminarTienes razón, pero a veces ocurre. Saludos.
EliminarY lo peor es que todo eso es una historia que se repite con demasiada frecuencia. Saludos
ResponderEliminarAsí es, jfbmurcia, por desgracia es una enfermedad que nunca se cura. Un saludo.
EliminarCompartes algo muy real, cuantos casos habran asi
ResponderEliminarLos sers egoistas , siempre lo son, se necesita un cambio radical y es dificil que suceda
Y no es desfachatez es su forma de ser...egoista
Olvidarlo y seguir como si nada es lo mejor en la vida
Cariños y buena semana
Estoy de acuerdo, Abuela Cíber, si no se quiere poner remedio, es mejor tirar por la calle del medio y dejarlo, de lo contrario te convierte la vida en un infierno. Besitos.
EliminarSi por algo dicen que el amor es ciego y yo añadiría que también es tonto. Esa frase tan repetida " Pero va a cambiar, yo sé que cambiará" lo demuestra.
ResponderEliminarBesos
Tonto y ciego, tú lo has dicho Ambar, y lo del libro de familia es ya el colmo. Abrazos.
EliminarPor desgracia tu triste história,se repite una y otra vez
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde Andalucia
Así es JUAN, lo voy a dejar, lo voy a dejar y al final se quedan atrapados. Saludos.
EliminarEl mundo está lleno de cabrones de esos.
ResponderEliminarBesos
Espero no tener que darte la razón, Crónicas, lleno, lleno, no, de lo contrario apaga y vámonos como se suele decir. Abrazos.
EliminarHay gente para todo, pero debe ser por la biodiversidad ya que otro motivo no encuentro.
ResponderEliminarUn saludo
Je, je, Pilar, quizás sí para que haya de todo. Un abrazo.
EliminarEn la vida hay cabronesy cabronas que sirven para enseñarte experiencias. Me encanta que pasará de él para el tema de la subvención. No todas las personas tienen esa fuerza, y acaban cayendo de nuevo en lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también me alegré Tania, aquí es difícil porque ya había pasado mucho tiempo, pero todo es posible. Un beso.
EliminarMe gustan tus giros de letras un abrazo mientras te leo y disfruto tu tu texto
ResponderEliminarGracias Recomenzar, escribo sobre mí, lo que me cuentan y lo que veo alrededor. Un abrazo.
EliminarHas creado un texto muy especial, consiguiendo comprimir una larga historia sin dejar ningún detalle importante. Sin duda es un tema muy complicado y estoy totalmente de acuerdo contigo en que las palabras no sirven de nada sin los hechos que las den forma.
ResponderEliminarUn abrazo bien grande.
Así es Raquel, son los hechos los que cuentan. Gracias por tus palabras. Un beso.
EliminarDramática historia en la que intuyo muchas facetas ocultas, estimada Mara. Entre otras, lo del libro de familia me hace preguntarme ¿cómo es que aún siguen casados? También él podía haberse ahorrado la llamada pidiendo un duplicado, supongo. He visto el problema de las drogas algo de cerca, y es terrible, pues quien lo sufre sólo llega a vivir para su adición. Que conste que no intento disculpar nada, sólo constatar que es un asunto muy complejo.
ResponderEliminarSaludos.
Así es Esteban. Hay personas que es mejor que desaparezcan de tu vida así, sin pedir papel alguno. Pasan los años y aparecen yo jamás había conocido algo así. Un saludo.
EliminarEs que en el primer comentario lo han definido muy bien: "como la vida misma". Solo hay que prestar un poco de atención y podemos ver que a nuestro alrededor se desarrollan historias que parecen inverosímiles.
ResponderEliminarMagníficamente contado, MAra.
Besos.
En muchos casos como en este, Eme, lo real supera a lo imaginado. Un beso.
EliminarBueno, triste y lamentable... Mejor borrarse. Abrazo
ResponderEliminarMejor, RosaMaría, que no vuelvan sujetos así a aparecer. Besos.
EliminarTiene que ser horroroso convivir con una persona drogadicta.
ResponderEliminarLa misma adicción le nubla la mente y ya no sabe si mata o espanta.
Abandonan a padres y familia y su meta es conseguir, aunque sea robando, la dosis que necesita.
Al parecer no había cambiado ¡la suerte que ha tenido con librarse de él!
Cariños y feliz semana.
Kasioles
Así es Kasioles, y lo más dramático es no querer ponerle remedio, aunque la cura total no sea posible. Un beso.
EliminarLa vida tiene sorpresas. Y cuando existen problemas de este tipo, el trabajo de la mente es muy fuerte. Se busca la mejor solución y no es fácil de encontrar. Poco a poco el tiempo borra parte de la mala huella.
ResponderEliminarAbrazos
Yo creo Manrique, que la huella por desgracia siempre queda, superarla está en la forma de ser de cada uno. Saludos.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué forma tan sencilla y elocuente de contar una historia.
ResponderEliminarNi le falta ni le sobra una sola coma, ni un solo punto.
Una gozada, Mara.
Beso, por supuesto.
Mil gracias, tecla, eres muy amable. Besitos.
EliminarUna historia interesante y que puede ser real. Besos y feliz semana.
ResponderEliminarUna historia interesante y que puede ser real. Besos y feliz semana.
ResponderEliminarEs muy real por desgracia Teresa, lo que no sé es si en él ha habido algún cambio, aunque a juzgar por su demanda después de los años, creo que no lo ha habido. Saludos.
EliminarHola Mara, un relato muy real, existen muchos casos como este y los únicos que salieron ganando fue ella y su hijo, el un caradura por volver a ponerse en contacto y solo pedir lo que le interesa.
ResponderEliminarBesos.
Desde luego, Piruja, si alguien salió ganando, a pesar de perderlo casi todo, fue ella y su hijo.Un beso.
EliminarTristemente una ¿fantasía? que se aproxima mucho a crueles historias reales. Me gustó
ResponderEliminarNo es una fantasía Peregrino, aunque lo parezca, yo diría subrealista, pero se dio. Saludos.
EliminarHola Mara.. Lo que nos cuentas hoy, es un drama continuo, cuantas casas soportan y han soportado esa plaga humana..
ResponderEliminarPero que encima tengan la desfachatez de pedir favores.. !Increíble!..
Un abrazo..
Así es, llorenç, y sobre todo después de haber pasado tantos años. Saludos.
EliminarUn relato de una situación que por desgracia ocurre frecuentemente.
ResponderEliminarSe dice que la drogadicción es una enfermedad, pero no se nace con ella y se contrae voluntariamente.
La convivencia con un drogadicto tanto para los padres como para la pareja puede ser terrible.
Un abrazo.
Así es, Helio, al principio suele pasar desapercibida pero una vez dentro, toda la familia la sufre. Saludos.
EliminarBuff...cuanto caradura de estos existen actualmente, y es que la droga es muy nociva para el ser humano que le destroza el organismo y los sentimientos.
ResponderEliminarUna verdadera plaga.
Saludos, Mara.
Buff...cuanto caradura de estos existen actualmente, y es que la droga es muy nociva para el ser humano que le destroza el organismo y los sentimientos.
ResponderEliminarUna verdadera plaga.
Saludos, Mara.
Destroza al que la consume y a todos los que están alrededor, Maripaz, y más si no quiere ponerle remedio. Un beso.
EliminarUna historia dura pero que en la realidad seguro que hay muchas más. La peor de las enfermedades la drogadicción. Un gran problema porque arrastra a las familias y las hunde en la misma miseria que la persona enferma. Lo más importante es intentar que lo dejen, si no, quieren, pues lo que hizo la persona del escrito creo que es lo mejor para no ser manipulada y que no sufran ni ella ni el bebé. Muy dura la historia.
ResponderEliminarMuy bien contada.
Saludos
Si voluntariamente entraron en ese mundo, Isa, aunque sea con ayuda tienen que ponerle remedio voluntariamente, de lo contrario no hay remedio alguno. Un abrazo.
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