¡Yo soy!
El joven bajó del coche dejándolo en marcha y entró en el portal. Se oyen unos gritos de mujer:
_¡Me estás arruinando la vida! ¡No pienso darte más dinero!.
_¡Lo necesito para gasolina! _responde gritando la voz masculina _tengo que cambiar una rueda. ¡Vas a ser la más rica del cementerio, te lo aseguro!
Al momento sale el joven con dinero en la mano que guarda en el bolsillo del pantalón. Se mete a toda prisa en el coche. Por la ventana la voz le grita:
_¡Sinvergüenza! ¡Cría cuervos!
El joven se fue dando un derrape. Mi sombra quedó en la plaza mirando para la ventana.
"A los veinte años, reina la voluntad, a los treinta, el espíritu; a los cuarenta, el juicio" de Benjamín Franklin.
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