Mirando a San Marcos

¡Yo soy!

De nuevo frente a la fachada derecha de San Marcos. Ahora es una mujer la que llama mi atención. Camina despacio con su paragüas, pensativa y hablando sola en susurros:

_No hija no. ¡Ni se te ocurra llevar de nuevo el niño a "ese pediatra"! Nos dio hora para las 12 y llegó a la 1:30. Ni siquiera nos pidió disculpas por el retraso. Tuviste que darle el pecho en la consulta. Después de pesarlo y medirlo, a eso íbamos, nos dijo que el niño estaba perfectamente. ¡Si ya se le ve con dos semanas pesa 4kg 600g!

_Lo peor fue cuando dijo que bañarle con "Nenuco" estaba desfasado y sacó una propaganda, que selló, con la lista que debías comprar en la farmacia. Todo de marca "Ucerín". Señalaba con una cruz a la vez que leía:

_Este champú, para la cabeza.
_Esta crema para el cuerpo, tres veces al día.
_Esta crema para las fisuras, tres veces al día.
_Esta crema para el culito, que lo mantiene impermeabilizado.
_Este colirio para las legañas. ¿Pero dónde le vio él las legañas?

¡¡Media farmacia!! Y eso que el bebé estaba estupendamente ¡Si llega a estar enfermo...ni te cuento! ¡¡TODO POR LA COMISIÓN!! Se vio a la legua. ¡¡Qué falta de ética!! ¡Con lo mayor que es! Dentro de diez días, ya te dio hora para verle la cara de nuevo. Que espere sentado ¡Ni en sueños volvemos!


Mi sombra se paró asombrada: "Las malas prácticas corrompen las buenas costumbres" de la Epístola de San Pablo.