La Iglesia no es del Cura

¡Yo soy!

Mi sombra sigue a dos hombres:

_¿Qué tal por el pueblo el fin de semana?

_¡Calla, tuvimos una movida...! Llevé la película que había grabado del pueblo. El sábado preparamos todo un estrado en la plaza para proyectarla y que pudiera verla todo el mundo. Por la tarde a la hora prevista cayó una tormenta del copón. Decidimos proyectarla en la iglesia. Mandé por la llave y el cura se negó en redondo a dejárnosla. ¡El muy cabrón! ¡Cómo si la iglesia fuera suya!

Como el alcalde tiene llave, vino, abrió la iglesia y todo el mundo entró, se sentó y comenzó la proyección. Al rato alguien entra y pide al alcalde que salga. Sale y... ¿Quién crees que le llamaba? ¡La Guardia Civil! ¡Venían a desalojar la iglesia!

_¡No puede ser !_terció el acompañante.

_¡Cómo te lo cuento, el sinvergüenza del cura los había llamado! El alcalde les explicó la situación. Entraron y la gente, en silencio contemplando la pantalla, no se enteró. Vuelven a salir y le dicen al cura que no pueden hacer nada porque todo el mundo está comportándose respetuosamente. Se fueron por donde vinieron. El alcalde al finalizar el acto contó lo que había pasado. ¡Total! Tomaron una decisión por unanimidad. Nadie iría a la iglesia mientras este cura siga en el pueblo. El que quiera ir a misa, lo hará en la iglesia del pueblo vecino.

Aplaudiendo al pueblo leonés, me alejé con una frase en mi cabeza de sombra: "Es más fácil encontrar dominicos que razones" de Calvino.