¡Yo soy!
Semana cultural en las Dominicas. En el parque junto al colegio, decenas de quinceañeras con tacones y maquillaje esperan la tarde_noche de música y baile. Una mujer sentada en un banco se dirige hacia una de las "niñas" que viene en compañía de sus amigas vestida con un "mini shorts" del que asoman unas finas medias y una camiseta ajustada con los hombros al descubierto:
_Vete inmediatamente para casa a cambiarte _le dice a gritos delante no sólo de sus amigas sino de toda la gente que en ese momento hay en el parque.
_Pero...si...no... _balbucea la adolescente.
_¡Ni pero ni leches y lávate esa cara que pareces una buscona!. La adolescente se va mientras sus amigas la esperan junto a su madre en silencio. Mi sombra y más sombras esperan el regreso de la púber. Al rato aparece más o menos como se fue. Su madre así se lo hace saber, pero según ella se ha quitado casi todo el maquillaje. Se va con sus amigas y al doblar el "seto" ríe y aplaude como diciendo: ¡Lo conseguí!
Fue peor el remedio que la enfermedad. Miré alrededor y por las miradas supe que nadie estuvo de acuerdo con la reprimenda pública "a grito pelao" .
Pero... ya lo dijo Publio Siro en el siglo I a. C.: "Siempre la prudencia falta cuando más se necesita".
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