Mi sombra sigue a una pequeña de unos cuatro años que da una mano a su madre mientras en la otra lleva una muñeca de trapo que tira al río por uno de los huecos de la barandilla. La madre la riñe:
_¿Por qué tiraste a La Canuta? Te quedaste sin ella y se la llevará la corriente ¡Pobrecita con lo fría que estará el agua! _la niña comienza a llorar.
_No llores que te va a dar igual _asoma su cuerpo por encima del puente_ está junto a la pilastra pero no la podemos coger. De repente ¡milagro! aparece una piragua. El joven mira para arriba y coge la muñeca. La madre corre casi arrastrando a la niña. Bajan a la orilla y el remero les entrega su captura. Le dan las gracias. La muñeca chorrea y la niña dice:
_Mamá, pero no se ahogó ¿Verdad?
Dejo a la niña entre su llanto y mi risa recordando: "Un niño es un amor hecho visible" del poeta alemán Friedrich Novalis.
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