sábado, 8 de noviembre de 2008

Otoño en León







¡Yo soy!






Mi sombra mira a Quevedo que parece dispuesto a recoger las hojas de su parque. Un padre y su hija caminan sin mirarnos, les sigo:

_Tú, a la primera bronca que tu madre te eche me lo dices inmediatamente ya sabes que se la puede acusar de maltrato.

_Que sí papá, pero no te lo tomes tan a pecho, a veces tiene razón. No le pasas nada desde hace seis meses y anda un poco pillada.

_¿Pillada? Más pillado voy yo pidiendo la custodia compartida. Lo que pasa es que a ti te come el coco. Si no ya me la habrían concedido. Lo del retraso es que me ha surgido un problema pero pronto me pondré al día. Te lo prometo.

_Pero yo no me quiero ir a Burgos, por temporadas, tengo aquí a mis amigos...

_Podrías seguir igual, sólo que yo vendría más a menudo. Con las neuras que le dan a tu madre ahora cada vez que vengo... Con la compartida ya no tendría por qué.

_No te engañes papá, si no pagas ahora... Mamá dice que quieres la compartida para no pagar y yo creo que tiene razón. Las cosas seguirían igual. Además tú ya tienes otra pareja...


Me volví. Mi sombra pisaba las hojas mientras pensaba: "El que ama a su prójimo no le hace daño; por eso, amar es cumplir la ley entera" de San Pablo.




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