¡Yo soy!
Ayer, mi sombra, a pesar de los años transcurridos, reconoció en una fiesta de "carnaval" a un compañero de estudios convertido en mago. Mientras le miraba como hacía con globos las delicias de los más pequeños, recordé algo que le ocurrió hace años.
Este mago de hoy, hace tiempo, nunca había hecho viajes largos y se atrevió a ir a Madrid con su Mini, matrícula de León. Entró por Moncloa y a la media hora de seguir conduciendo ya no sabía ni dónde estaba, ni por dónde podía salir de aquel mogollón de coches.
De repente empezó a oír pitidos y lo peor insultos, el sólo recordaba el peor:
_¡¡Provinciano, provinciano, vete "pa" León de una puta vez!! Lo pasó muy mal pero salió de allí haciéndose a una orilla y llamando a un taxi para que lo guiara.
Cuando terminó su actuación, después de saludarle le recordé el episodio. Reímos juntos mientras me decía:
_Los tiempos cambian. Ahora voy a Madrid una vez al mes en mi Toyota y ya no necesito ni el GPS.
Mi sombra le preguntó: ¿Pero... es un insulto llamar "provinciano" a alguien de provincias?
_ No, no _me respondió riendo _ pero en aquel caso implicaba palurdo, novato, inútil y eso con veinte años sulfura.
Al despedirnos recordé: "La burla es a menudo, indigencia de espíritu" de Robert Browning.
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