Nos encontramos en el año de 1077.
Hoy, mañana fría de Miércoles de Ceniza, la esposa del Cid va a "Salir a misa". Así cumplirá la ley de Moisés que obliga a las mujeres a purificarse en el templo después del parto y ofrecer un "sacrificio por el pecado".
Doña Jimena, mujer muy religiosa, se dispone a cumplir con la tradición. Mi sombra observa la comitiva que avanza por la empedrada calle del Cid, en dirección a San Isidoro.
Doña Jimena engalanada con hermosas prendas, lleva de la mano a sus dos pequeños: doña Elvira y don Diego. La acompañan seis "dueñas". Una de ellas lleva a la neonata en brazos vestida con un precioso faldón de lino. La sigue un matrimonio anciano. Son los padres de su esposo. Junto a ellos, tres "ayas": la primera lleva un jarro de vino, la segunda una hogaza de pan y la tercera un cirio. Son las ofrendas. Se dirigen a San Isidoro.
Ante la joya del románico, se detiene la comitiva, que al momento entra en el atrio del templo. Doña Jimena toma en sus brazos a la recién nacida. Un sacerdote sale a recibirles con el alba ajustada por el cíngulo y la estola al cuello. Le acompaña un monaguillo que lleva el agua bendita.
La mujer que lleva el cirio, lo enciende y se la pasa al venerable anciano. El sacerdote hace unas lecturas y reza unas preces. Luego coloca el extremo de su estola sobre el hombro de Doña Jimena y así enlazados pasan al templo.
Las "ayas" colocan las ofrendas frente al altar para a continuación oír misa. Durante la misa, Doña Jimena piensa en su esposo Don Rodrigo y pide para que pronto pueda venir a conocer a su nueva hija.
Hoy, la placa sobre la fachada del número 10 frente a los Jardines del Cid, reza así:
"Aquí vivió y tuvo una hija Rodrigo Diaz, según indica el romancero del Cid: "Salió a misa de parida a San Isidoro de León la noble Jimena Gómez, mujer del Cid Campeador".
Ey sombra! es la primera vez que viajas en el tiempo ;)
ResponderEliminar¡No me digas! Megabesos.
EliminarPor lo que veo las sombras pueden viajar en el tiempo. Pero tuviste que oír mal el nombre de la niña, porque el Cid no tuvo ninguna hija llamada Elvira: los verdaderos nombres de las hijas del Cid no eran Elvira y Sol, sino María y Cristina: otra mentira de los cantares de gesta castellanos ;-)
ResponderEliminarAlguna vez más lo he hecho, Ra, mira los inicios. Besote.
ResponderEliminarNo sabía, Ricardo, ni eso ni que hubieran tenido un hijo. Pero antes de escribirlo consulté a Doña Internet y me lo dijo. Comprendo que a ti como historiador... pero a mí me gustaron más los del cantar. ¡Bueno sólo son nombres! Cariñoso saludo.