viernes, 13 de marzo de 2009

En la Avda. Lancia






¡Yo soy!





Mi sombra está en una clase de baile. No está su pareja ni la mía. Ella es mi pareja y yo la suya. En un descanso hablando de hombres comenta:

_¿Por qué todos los hombres cuando se enfadan rompen cosas?

_¿Todos? _comenté_ ¡Soy una sombra con suerte!.
No conozco a ninguno que lo haga, aunque sé que los hay. La mayoría, sólo rompen el silencio con sus cabreos, que muchas veces tienen que ver con un aparato que no funciona o su equipo de fútbol que está perdiendo. ¡Bajan a toda la Corte Celestial!. Por supuesto que las divinidades se quedan en sus alturas sin echarles una mano y los que están cerca, preferirían estar lejos.

Las mujeres también gritan. Suelen dejar en paz a los grandes espíritus porque encuentran pronto a quien echar la culpa de sus males. Generalmente al más cercan@.


La pregunta viene a mi sombra: "¿Dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los hábitos y los deseos?" de Khalil Gibran.




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