¡Yo soy!
La Muda entró en el bar. El último décimo se lo compró un señor de pelo cano. Pasaron ocho días. El hombre de pelo blanco se acercó a "la muda" que vende los cupones de la ONCE:
_¿Me da otro? Mire a ver éste si tiene algo.
_¡No, no! _ella gira el décimo y se lo muestra nerviosa_ ¡Banco, banco!
_¡No se lo podía creer! ¡Seis millones de pesetas! Corrió a casa. Luego al banco. Pasó una semana. Suena el teléfono. Un familiar enterado de la buena nueva: ¡Cómo no nos lo dijiste! Nosotros te hubiéramos dado medio kilo más!
_¡Medio kilo más! Por convertir seis millones negros en blancos. Pero luego... los seis millones y medio suyos se volverían negros. ¡Mejor no darle vueltas!
Mi sombra se preguntó en tiempos de crisis: ¿Cuántos millones se guardan aún bajo el colchón?. Ya lo dijo Gaudí: "La originalidad es la vuelta a los orígenes"
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