¡Yo soy!
Mi sombra le mira y escucha. Joven y guapo. Habla con su chica por teléfono. Cuando acaba mira para su acompañante y dice:
_¡Me muero de ganas por volver a verla!
_¡Marica, mira tú qué nombre! _su amigo se ríe.
_Para mí, no hay nombre más dulce.
Cuando estuve allí, no me sorprendieron sus edificios, sus calles, su tecnología... Lo que más me asombró de Japón fueron sus gentes, su filosofía, su pretendida armonía con el Todo. Hacía dos años que no veían a su hija, mi novia. Al vernos y verla en el aeropuerto, ni siquiera la tocaron. ¡Eso sí, los ojos, los ojos... hablaron por los brazos y las manos!
Me hicieron un regalo. Me emocioné tanto que lloré. Su madre se reía medio a escondidas, no de mí, de mis lágrimas. Ellos no muestran sus sentimientos, quizás eso no sea una cualidad. Entre eso y oír llorar a una chica española a grito pelao en el aeropuerto petado de gente, por haber perdido el avión, te juro que me quedo con mi futura suegra. ¡Qué espectáculo!
Su amigo reía y mi sombra con él. "La costumbre nos habitúa a todo" de Edmund Burke.
Marica como nombre femenino japonés debería escribirse con "k": viendo el título, creí que el post iba a ir de otra cosa totalmente diferente, ja, ja. Me has traído recuerdos de cuando estudiaba japonés...
ResponderEliminar¡Lo que me he reído con tu comentario! Se nota que yo no he estudiado japonés. Me gusta más con "K". Pero sólo cambiaré el título. ¡Cómo no ibas a pensar que iba por otro lado! Gracias. Me estoy animando a entrar en el Anillo pero aún me veo muy novata.
ResponderEliminarNo te molestes: el sevidor del Anillo ha debido de dejar de existir, así que el Anillo Leonés ya no furrula. Qué frustración.
ResponderEliminarBueno, seguiremos por este León nuestro, a través de tu blog que sigo y del de otros varios que hablan de él.
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