Los pequeñines salieron en fila, cogidos de una mano. En la otra mano llevaban un envoltorio brillante. Al romperse la fila corrieron hacia sus madres y algún padre. La pequeña Uma corrió hacia su mamá y le espetó:
_¡Mira! un regalo para papá. A la madre se le notó la tensión cogió el obsequio y guardó silencio. La pequeña iba dando saltos de la mano de su madre se paró ante ella y preguntó:
_¿Cuándo viene papá? ¡Siempre está trabajando!
_No sé, ya vendrá. Sabes que papá tiene otra familia y también le harán un regalo.
_Entonces éste se lo daremos al abuelo _dijo la pequeña señalando el envoltorio.
_Me parece muy bien. Se pondrá muy contento. _apostilló la madre sonriendo.
Mi sombra les seguía. ¡Admiro la adaptación de los niños a cualquier circunstancia! ¡Son los adultos los que les hacen sentirse mal, dándole vueltas a los momentos que viven!.
Los niños viven el presente. ¡Cuánto hemos de aprender de ellos!
Los niños viven el presente. ¡Cuánto hemos de aprender de ellos!
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