¡Yo soy!
Mi sombra cercana a una mujer que habla por el móvil:
_¡Tenía un disgusto de muerte! ¡No te lo imaginas!
_¡Te digo que como en las películas! Salió a abrir al cartero, con una toalla a la cabeza y otra colocada por debajo de los brazos a modo de vestido "palabra de honor", descalza y desnuda...
_¡Te lo digo yo, que soy su madre, y me cuesta trabajo creerlo!
_Iba a ducharse. En ese momento sonó el timbre. Primero no abrió, pero al sentir subir el ascensor pensó que le traía algo que había pedido y así fue. Salió a recogerlo y se le cerró la puerta. ¡Y el niño dentro! ¡Con dos años! Me llamó desde la casa de su vecina para que le llevara la llave que yo tengo. Cogí el coche y en dos minutos estaba allí. ¡Cómo iba yo a pensar que por segunda vez había dejado la llave puesta por dentro!
_ ¡Estaba como un flan! Supernerviosa por Marcos. Así me la encontré al llegar. Ella daba patadas a la puerta y hablaba con el paqueño, mientras la vecina con una tarjeta intentaba abrirla. Si no hubiera sido por el niño, era una situación para reír.
_ Gracias al peque, que estaba tranquilo moviendo la llave como le decíamos, pudimos abrir por fin. ¡Pero... menudo susto!
_Sí, pero, ya lo dice el refrán: "¿Acertar errando? Sucede de vez en cuando... _la mujer se alejó hablando calle adelante.
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