viernes, 26 de junio de 2009

La espera





¡Yo soy!




A mi sombra se lo contó una madre de las varias que el día 23 se despedían de la profesora de sus hijos hasta el curso que viene.

La tutora del curso de infantil de cinco años, estaba hablando con varias madres.

Una niña de su curso, se acercó con un enorme ramo de flores. Lo levantó con las dos manos y lo ofreció a su "seño" diciéndole:

_Toma, esto es para ti. La profesora la apartó con su mano mientras le decía muy seca:
_Espérate.

La "niña ramo", pues su cabecita no se le veía oculta por las flores, aguantó con ellas en alto hasta que pasados unos minutos, que a varias madres se le hicieron eternos, la tutora le cogió el obsequio.

Varias madres y padres presenciaron el desplante de la profe a la niña y todos coincidían en que había sido un detalle poco edificante.


Mi sombra escuchó para opinar después con Philip Chesterfield: "Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado es el medio más seguro de agradar que yo conozco"




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