sábado, 27 de junio de 2009

¡Funcionarios!






¡Yo soy!




Una pareja sale del edificio del antiguo Ayuntamiento.

Un policía local se acerca a su compañera que está unos pasos más allá y le dice señalando a la pareja:

_¡Ahí los tienes!. Ella, pescadera de toda la vida en la Plaza Colón, al quitarle el puesto, el Ayuntamiento le dio un sueldo fijo. ¿Qué hace? Fotocopias hasta que se jubile.

_¡No jodas! _dice la mujer policía.

_¡Como lo oyes! Pero lo de él es peor. Había unas oposiciones para el Ayuntamiento. Él sabía que había varias plazas para discapacitados. Alguien le dijo que no se iban a cubrir todas. Se fue a su casa se rebanó dos dedos, obtuvo el certificado de minusvalía, se presentó a las pruebas y le dieron el puesto. Ahí lo tienes. ¡Puto funcionario de por vida!.

_La gente está pirada _dice la poli_ te lo digo yo.


Mi sombra se quedó mirando la pareja que se alejaba y la de los uniformados a mi lado. Ya lo dijo Cayo Crispo Salustio: "Cada uno es forjador de su propia fortuna".




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